Opinión | LA VERÓNICA

Cambio de tablero

Ya está aquí la nueva campaña electoral. Sánchez se sacude seis meses de aguantar que le recuerden su fracaso electoral

No puedo decir que Pedro Sánchez sea lento. Antes de las diez de la mañana de este lunes ya había desactivado lo que prometían ser seis meses del Partido Popular (PP) diciéndole “váyase” cada día y recordándole el aplastante castigo recibido por el PSOE en municipales y autonómicas. Núñez Feijóo recibiendo parabienes en la ejecutiva del PP y antes de la que iba a ser una triunfal rueda de prensa del presidente del PP ya estaba el presidente del Gobierno, desde sede institucional -la de Ferraz quedó sola y abandonada en la noche electoral del domingo- anunciando la convocatoria adelantada de elecciones generales. El 23 de julio. Con un previsible sol de castigo. Con 40 grados o más en Córdoba. En plenas vacaciones estivales. No le arriendo la ganancia a los que les corresponda ser vocales y presidentes de las mesas.

Antes de analizar los resultados electorales ya tenemos que especular sobre las próximas generales. Núñez Feijóo expresa satisfacción y le dice “esto no oculta la gran victoria del PP”. Pero no es que Sánchez haya movido ficha, es que ha cambiado de tablero de juego. Un sinvivir, vaya. El mapa municipal de España se tiñe de azul y ni siquiera podemos dedicar un rato a la mayoría absoluta conseguida en la capital por José María Bellido, (he de reconocer que personalmente no creía que fuese posible), que, siguiendo la estela de Juanma Moreno, se libra del martirio de pactar con Vox. Aquí no habrá influido mucho ese “laboratorio” de las generales impulsado por Pedro Sánchez y en el que le ha salido el tiro por la culata (como una bofetada a mano abierta de Bud Spencer). Más bien habrá pesado en el voto capitalino cordobés el deseo de estabilidad expresado hace un año por los votantes en las autonómicas andaluzas y, cómo no, el hundimiento de Ciudadanos.

La gente no se ha andado con chiquitas y los populares han absorbido el voto del centro. El PSOE no ha podido. Ni siquiera ha podido mantener sus feudos (con la salvedad de la mayoría absoluta en Montoro, por ejemplo) y hay pérdidas asombrosas, como la de Palma del Río tras 40 años de idilio electoral. Como indicaba Sánchez en su comparecencia sin preguntas, el rechazo a la marca ha perjudicado a alcaldes y presidentes autonómicos que podían presumir de buena gestión. Pues sí, señor presidente, no solo el PSOE, sino la izquierda a la izquierda de la izquierda ha quedado desnortada y Yolanda Díaz con motivos para reflexionar con Pablo Iglesias sobre los choques de trenes de los egos desmesurados.

Resultaría asombroso, si no se tuvieran en cuenta otros factores, que un electorado beneficiado por una subida contundente de las pensiones, del salario mínimo interprofesional, de ayudas de todo tipo en rentas mínimas, transportes y servicios sociales, con una sanidad perjudicada más bien por la gestión autonómica que por la central y con una economía que resiste y un empleo al alza, haya dado la espalda de esta manera al PSOE. Pero es que lo que no ha soportado la gente es el engaño, el embuste de un presidente que ha pactado con Unidas Podemos tras negarlo rotundamente dos meses antes, que ha indultado a los golpistas catalanes y modificado la legislación para evitarles nuevas condenas (qué pena, porque la inmensa corrupción de Cataluña se ha diluido en el grito independentista respondiendo a una estrategia calculada y exitosa), que ha pactado con ERC y con Bildu, que no ha podido meter en cintura a sus socios de gobierno con la ley del solo sí es sí y la trans… Lo que pueda venir con Feijóo, si llega, posiblemente no beneficie a muchos que han votado al PP, pero el hartazgo tiene estas consecuencias, e incluso si las fake news han afectado en la campaña, hay otras muchas contradicciones que ha tenido que asumir el PSOE contra su propia historia y corpus ideológico que son muy reales. Ya me lo decía mi madre de pequeño: “Ten cuidado con quién te juntas”.

No sé si será muy fuerte escribir que Pedro Sánchez ha puesto todo su empeño en machacar al PSOE, pero si es cierto que ahora se está dando prisa en intentar sacarlo pronto del agujero en el que lo ha metido.

* Periodista

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