Opinión | TRIBUNA ABIERTA

¿Hacia dónde vamos?

En un mundo totalitario, el humor es un arma, acaso la única posible. Zelenski es también un hombre valiente

El acto más tétrico y simbólico de los últimos días ha sido la ofrenda de coronas de flores en el cenotafio en recuerdo de las víctimas de la bomba nuclear que destruyó Hiroshima. Dicen que en ella el primer ministro japonés, Kishida, le dice al presidente ucraniano, Zelenski:

-Lo de Biden es un acto de arrepentimiento, ¿y el suyo?

-Yo soy un cómico en una tragedia.

Pero, hubo una época de esperanza. Me lo recordó el hallazgo de un número (abril/1963) de la revista ‘Encounter’ dedicado a «las nuevas voces en la literatura rusa». ‘Encounter’ no era una revista sin más. En palabras de Stoner Saunders, «fue un arma secreta del frente cultural, complejo y extraordinariamente dotado económicamente, que durante más de veinte años el espionaje estadounidense creó en Occidente, para Occidente, en nombre de la libertad de expresión que definía la guerra fría como «batalla por la conquista de las mentes humanas» y fue acumulando un inmenso arsenal de armas culturales» (’La CIA y la Guerra fría cultural’, Ed. Debate, 2913). Desde el control de periódicos y libros a exposiciones y conciertos; desde ‘La insoportable levedad del ser’ de Milan Kundera, que cuestionaba la ontología del homo ‘sovieticus’ frente a los que creían que el ‘socialismo era un humanismo’, hasta el expresionismo abstracto, donde la forma había sustituido al contenido crítico, una guerra cultural implacable se estableció en el mundo occidental para derrotar la influencia de las ideas socialistas, si bien, como señaló tempranamente Servan Schreiber en ‘El desafío americano’ (1967), que tanto nos aleccionó de jóvenes, sería a través de la economía, la gestión empresarial y la tecnología punta cómo EEUU acabaría invadiendo Europa y vendiéndonos sus hamburguesas.

Pues bien, lo que me interesa en este momento de ‘Encounter’ es la aparición en el número señalado de la firma de Evgeni Evtushenko, el poeta ruso de origen ucraniano más destacado del movimiento que iniciaba la apertura (deshielo) de la URSS a la muerte de Stalin. Uno de los poemas de la revista se titula ‘Humor’, algo que reyes, emperadores y zares, todos los soberanos de la tierra han intentado y no han podido controlar ni encarcelar, ni matar... «Así es que --termina el poema-- gloria al humor. Él es un bravo hombre». En un mundo totalitario el humor es una arma, acaso la única posible. Zelenski es también un hombre valiente. Pero en sus deseos de libertad, probablemente Evtushenko no sabía que trabajaba para la CIA dentro de la propaganda más efectiva: aquella en la que el sujeto se mueve en la dirección que uno quiere por razones que piensa son propias. Ya en sus poemas de ‘Babii Iar’ (1961) Evtushenko denuncia la masacre de judíos ucranianos a manos del nazismo y cuando se vuelve a reeditar en 1980 el sistema soviético se resquebrajaba y en Occidente se hablaba de «la casa común», un concepto de Gorbachov que pretendía una Europa neutral con una Rusia europea. Como viene a recordarnos Diego Díaz en ‘El Salto’ (26/01/2022), «en los 80 amplios sectores de la población ya no temían tanto la invasión de los rusos como la posibilidad de que los europeos fueran a pagar las consecuencias de un enfrentamiento entre los EEUU y la URSS». La idea de Gorbachov fracasó, Rusia se vendió a oligarcas mafiosos en el mayor expolio que, según el nacionalista anticomunista y Premio Nobel Alexander Solzhenitsynt, ha ocurrido en la historia, y los europeos volvemos a temer una guerra nuclear entre países capitalistas por la hegemonía mundial.

*Comentarista político

Suscríbete para seguir leyendo