Opinión | TINTA Y BORRONES

A votar

Las campañas electorales, hay que reconocerlo, ya no son lo que eran. Ni la pegada de carteles tiene sentido en la era digital, ni tampoco que se guarde un día de reflexión --salvo para el descanso lícito de candidatos y periodistas-- o que no se permitan publicar encuestas los últimos días previos a la votación. La agenda política está tan inmersa en la rutina ciudadana que ya uno no sabe distinguir el periodo electoral del que no lo es, porque al final todo es política. Las campañas no son lo que eran y, menos aún, si coinciden con la Feria. Afortunadamente seguimos teniendo claro las cosas que son importantes. Como la feria, la playa o lo que a cada uno le apetezca hacer estos días de descanso o fiesta.

Mientras, nuestros políticos se la juegan y llegamos al domingo con un escenario lleno de incertidumbre en Córdoba en el que hay que despejar algunas incógnitas. Por un lado, conocer adónde irán a parar los votos de Ciudadanos y ver si el PP ha sido capaz de aglutinar a todo ese votante de centro derecha, incluso a los descontentos con el PSOE, como sí hizo Juanma Moreno en las pasadas elecciones andaluzas. En este caso José María Bellido ha seguido la estela del presidente andaluz de intentar no meter la pata aunque la mayoría de las veces han sido precisamente sus socios de Cs quienes le han hecho pasar los peores momentos del mandato. Por contra, lleva la Base Logística, el centro de convenciones y el cinturón verde de la ciudad como su carta de presentación.

Otra de las dudas es qué pasará con la izquierda, que esta vez se presenta unida en la confluencia Hacemos Córdoba, bajo la que se aglutinan IU y Podemos, además de otros partidos. IU viene de cosechar los peores resultados de su historia aunque la unidad conseguida puede generar ilusión entre sus votantes. De sus resultados dependerá que sea posible o no la suma con el PSOE. Los socialistas han pasado un mandato en el que su labor en la oposición ha sido muy discreta y ahora han intentando hacer un sprint final de la mano de su candidato, Antonio Hurtado, al que no se le puede negar que no lo haya dado todo en esta campaña.

La otra gran incógnita se sitúa en la provincia y conocer quién se hará con el mando de la Diputación. El PP sabe que no se va a repetir el mapa azul de las andaluzas aunque confían en un buen resultado en la capital para hacerse con el Palacio de la Merced; y en el PSOE están convencidos de que mantendrán el gobierno. Muchas dudas por despejar y apenas 48 horas para poder hacerlo. Mientras tanto, que siga la fiesta en El Arenal y, el domingo, a votar.

** Periodista

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