Opinión | AL PASO

Justicia en huelga

El derecho de huelga, hoy, está siendo utilizado sobre todo por los funcionarios del Estado

Hoy uno tiene la sensación de que el derecho a huelga, más que una vía extrema de reivindicación laboral significa una evidencia de la degradación de nuestra sociedad. Entiendo que en los postulados revolucionarios contra el antiguo régimen de señoritos y campesinos o proletarios y empresarios, el derecho de huelga fuese fundamental para evitar no solo los abusos del explotador, sino, también, de la elevación de la autoestima como ciudadano del oprimido. Pero el derecho de huelga, hoy, está siendo utilizado sobre todo por los funcionarios del Estado, es decir, por clases que se les suponía la aristocracia laboral de la sociedad: jueces, fiscales, secretarios judiciales y finalmente y tristemente, los más machacados: los funcionarios judiciales (auxiliares, agentes y oficiales). Es decir, personas que no dudo que trabajen mucho y merezcan más, pero que distan bastante de aquellos proletarios que salían de la fábrica envejecidos y extremadamente cansados mientras señores con traje y puro los miraban con rostros insensibles. Yo sé perfectamente que cada uno sabe sus cosas y que no voy a venir yo de sabelotodo a criticar las seguramente justas reivindicaciones de este ámbito laboral. Pero me preocupa mucho que sectores fundamentales para el funcionamiento de nuestra sociedad como es la Justicia, ejerzan el derecho a huelga indefinida e insensible a sabiendas de cuan irreparable daño social están haciendo. Y, además, lo crudo y peligroso es que compañeras y compañeros que conviven todos los días durante décadas y que saben que son imprescindibles piezas de un mismo cuerpo, no estén actuando unidos disminuyendo así el fundamental buen rollo que debe presidir las oficinas, aumentando mortalmente por ello la lentitud de los procedimientos que venían arrastrados de la pandemia. Porque los secretarios judiciales han ido a lo suyo y posteriormente jueces y fiscales, dejando la Administración como mindundis a funcionarios de justicia, siendo si cabe los más fundamentales en los juzgados, cuando si hubieran caminado juntos, no solo hubiesen tenido mucha más fuerza y razones de ser y de exigir y por tanto más rápida solución, sino que el mismísimo funcionamiento de la justicia hubiera crecido en efectividad ante el compañerismo mostrado, que hubiera redundando en el compromiso colectivo laboral o, lo que es lo mismo, en la calidad del sistema judicial. Antes, los funcionarios hacían cosas que no les pertenecían, podríamos decir por compromiso y por sudar la camiseta de la justicia. Ahora, quieren cuestionar cada orden que no les compete, lo cual es tan comprensible como perjudicial para la funcionalidad de la maquinaria judicial. Y la Administración, para rematar la faena, soluciona las cosas con unos y a otros ni siquiera les ofrece una vía de negociación. Dados los fundamentales ámbitos sociales y laborales donde se está practicando el derecho de huelga sin criterio patriótico alguno, me temo que más que una garantía democrática se está convirtiendo en una nueva forma legal de desmembrar nuestra nación.

*Abogado

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