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Jose Manuel Ballesteros Pastor

Feriantes de libros

Ya están aquí otro abril más. No vienen con fanfarrias ni desfiles. Llegan en silencio, pero repletos de páginas y fantasías. Traen el mejor desfile, el más mágico, el más maravilloso: el de despertar a cada alma en su imaginación, en sus deseos y en sus sueños. Un abril más, Maite nos invita a su ‘Recreo’. Por ella no pasa el tiempo; tiene la maravillosa eternidad de un libro de cuentos, en el que cada año florecen nuevos lectores en nuevos niños y niñas. Maite es siempre la sonrisa, el brillo de su mirada, el vuelo de sus manos, que al abrir un libro convierten en pétalos sus páginas. Un abril más, Manolo Patiño, con sus Ediciones Depapel, viene del silencio laborioso de su taller, sorprendente artesanía con ese material tan humilde y tan versátil. Manuel le dedica su vida, y eso se refleja en su sonrisa acogedora, sabia, en su amor profundo a Córdoba, a cada autor y cada arte que nos ofrece en su caseta. Un abril más, nuestra decana librería Luque siempre se renueva en su veterana juventud, siempre resurge de sí misma y nos enseña cómo se mantiene un librero a lo largo de épocas, modas y avatares. Ellos son también el ejemplo del amor a los libros, y ahí siguen, regalándonos las dulces obras de su experiencia. Este abril, se estrena para nosotros Maribel, la librera de Agartha, una auténtica maga de las bibliotecas y sus mundos; se estrena con su sonrisa y con la pureza de su amor al libro y los tantos viajes interiores que se guardan en sus hojas. Ella misma se convierte en personajes, abre ante nosotros páginas y páginas, y nos recibe con la ternura de sus ilusiones y con la fuerza de empeñar su vida y su persona en esa santa locura de montar una nueva librería. Y así, con tantos otros feriantes se ha formado, un abril más, esa calle de casetas y paredes de libros. Pasamos, los miramos, nos miran en silencio, y de sus hojas salen siempre voces, susurros, rumores, siseos, alivios para la soledad; vuelan de un lugar a otro, nos acarician sin que nos demos cuenta, nos llaman a la libertad de poder imaginar lo que queramos, de poder vivir lo que anhelamos. Debemos estar muy agradecidos a estos maravillosos feriantes de letras y papel, equilibristas y funambulistas, que tanta vida nos insuflan sin que apenas nos demos cuenta de ello.

** Escritor

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