Opinión | AL PASO

¡La virgen, la que se ha liado!

Hemos visto una parodia de la Virgen del Rocío en una cadena catalana. Pero ¡por la Virgen, que esto no es Cataluña contra Andalucía! Lo digo porque creo que todo se ha ido de madre; desde Andalucía no debieran haber politizado el tema como una cuestión de rivalidad cultural porque el cristianismo está presente en toda la geografía ibérica como una cuestión popular de primer orden. Politizar el tema es darle gusto a esa minoría manipuladora de arriba, que, interesada por finalidades materialistas y por tanto ajenas a la raíz común de las gentes ibéricas, fomentan la rivalidad entre pueblos hermanos a través de herir sentimientos tradicionales (de otra forma tienen la carrera perdida). Pero no caigamos en el error de erigirnos con respuestas reciprocas o excesivas como esa de una periodista de renombre que dice que esos que parodian la idiosincrasia católica, «no tienen huevos» de parodiar al islam. ¡Pues claro que no! Parodiamos el cristianismo porque lo máximo que socialmente puede provocar eso en una sociedad civilizada es indignación escrita y debatida, aparte del choque en la vía judicial democrática entre la libertad de expresión y el respeto a los sentimientos religiosos. Pero si dicha bromita de mal gusto pudiera provocar atentados sanguinarios, no lo haríamos. Además, decir que este humorista sin gracia «no tienen huevos» de parodiar al islam, es, de alguna manera, conceder heroísmo al terrorismo islámico y piropear «sus huevos» cuando contestan a parodias discutibles, pero en todo caso procedentes de la libertad de expresión, con bombas que hacen saltar en mil pedazos a la gente que anda por la calle. Y, por último, decir que cuando se hace humor de la política todo es gracioso, pero cuando se quiere hacer política con humor, todo es desastroso. Porque no solo los sentimientos religiosos sino el humor en sí mismo merece más consideración. Y burlarse de lo que millones de personas tienen como ilusión anual popular es tener malaje. Y el malaje es lo contrario del arte cómico que tan necesario es para hacernos olvidar los problemas. A ver, este señor que se vistió de Virgen del Rocío y habló tantas indiscreciones y guarrerías, no es que no solo haya provocado tristeza en los corazones creyentes en vez de risas, sino que ha fracasado en su número; y eso es lo peor que le puede pasar a un humorista. Y ahora, aparte, creo que no podemos hacer parodias del sufrimiento de una madre. María no vino a la Tierra a perdonar ni a resucitar, ni forma parte de la Santísima Trinidad. María es una madre que sufrió como todas las madres que sufren cuando le asesinan a un hijo. O sea, no solo desde el punto de vista religioso, es que humanamente analizada, la parodia es pésima. Así que cuando el humorista se ríe de la Virgen María, el pobre no sabe que se están riendo de su propia madre que tan mal lo estará pasando viendo como su hijo se ha crucificado él solito como profesional del humor.

*Abogado

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