Opinión | MUNDO DIGITAL

Invertir en odio

España sigue ajena a lo que se cuece en las redes sociales, convertidas en armas de manipulación masiva. Lo que está ocurriendo en países como Estados Unidos, pero también India y otros más cercanos, no es precisamente agradable. La cantidad de informes disponibles, elaborados por organizaciones que siguen creyendo en los derechos humanos para todos, así lo demuestra. Dos de estos informes enlazan la narrativa del odio difundido a través de las redes con el acoso político a las mujeres y con el negocio que se mueve en torno a todo esto.

El primero de los informes se llama ‘Toxic Twitter’, y lo ha elaborado el ‘Center for Countering Digital Hate’ (Centro de Lucha contra el Odio Digital). Su investigación revela cómo Twitter se vale del éxito de cuentas que publican abiertamente mensajes de odio contra el colectivo LGTBIQ+ para colocar anuncios seleccionados y ganar así millones de dólares. Mediante el análisis de cinco cuentas que vinculan la diversidad sexual con el acoso sexual a menores, y que reciben casi 20 millones de impresiones diarias, este centro de investigación demuestra que, casualmente, los anuncios de grandes corporaciones que apoyan este tipo de mentiras aparecen al lado de estos mensajes de odio contra la población de sexualidad diferente. Un negocio que, sólo en estos cinco casos, ronda los seis millones de dólares en ingresos para Twitter.

El segundo informe se llama ‘Monetizing Misogyny’ (Monetizando la misoginia), y corresponde a la oenegé #‘ShePersisted’. La autora es la investigadora Lucina di Meco. El documento demuestra que existe todo un modelo de negocio en torno al odio contra las mujeres, como señala la valiente periodista india Swati Chaturvedi, galardonada con el Premio Coraje por Reporteros sin Fronteras en 2018. El informe entrevista a una excelente representación global de mujeres periodistas, políticas y activistas que se han visto acosadas, agredidas, insultadas y amenazadas en las redes, simplemente por defender sus ideas sobre la libertad de las mujeres y por dar la cara por las libertades políticas.

Todo esto parece que no va con nosotros, pero se trata de un ataque sostenido y consistente contra los valores de la convivencia democrática. La europarlamentaria italiana Alessandra Moretti lo ha expresado con claridad: «Ya no se trata de proteger la imagen de nuestra fuerza política o de luchar contra la difusión de ‘fake news’: se trata de defender los valores de nuestra democracia». En las redes, nada es inocente.

* Economista | @ebpal

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