Opinión | Latidos

Esplendor en la Catedral

"Dios, en su Hijo, no nos abandona en nuestras angustias y sufrimientos"

La Mezquita-Catedral, punto de partida de la hermandad de la Agonía ayer, Martes Santo.

La Mezquita-Catedral, punto de partida de la hermandad de la Agonía ayer, Martes Santo. / MANUEL MURILLO

Ayer, Martes Santo, el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, con su presbiterio, acompañado también por el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, celebró la Misa Crismal, en la que tuvo lugar la renovación de las promesas sacerdotales. En su homilía, el prelado destacó, especialmente, esas tres «promesas»: Primera, la promesa de la comunión con el obispo y con toda la Iglesia universal; la promesa de su consagración a Dios, entregándole corazón y vida, «como dispensadores de Dios» y como seguidores de Cristo, Cabeza y Pastor; y tercera, la promesa de la prolongación de la oración, medio esencial para el encuentro con Cristo. Finalizada la solemne Eucaristía, obispos y sacerdotes se reunieron en una comida fraternal. Brilló así en la Catedral el «paisaje blanco de las casullas», la unidad y la fraternidad, el anhelo gozoso de que la «antorcha sacerdotal» vaya pasando de mano en mano, a través de las generaciones. Por la noche, el esplendor se traslada desde la Catedral, a la calle, con imágenes de tanta devoción como la del Cristo de la Agonía o el Buen Suceso; el Cristo de la Universidad, que reproduce las heridas reflejadas en la Sábana Santa, el Señor de la Sangre o la Santa Faz. Brilla especialmente en la noche del Martes Santo la Virgen de la Piedad, que irradia siempre una delicada ternura, que hace llorar y sonreir al mismo tiempo. Cada estación de penitencia tiene un aroma especial. Pero en todas podemos contemplar «el aroma de Dios». El Papa Francisco nos recuerda que «Dios, en su Hijo, no nos abandona en nuestras angustias y sufrimientos, está junto a nosotros, nos ayuda a llevarlos y desea curar nuestro corazón en lo más profundo». Fue Pascal el que grabó para la historia este mensaje esta conmovedora noticia: «Cristo está en agonía hasta el fin del mundo. No hay que dejarle solo en este tiempo. No se puede dormir en esta hora».

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