Opinión | EL TRIÁNGULO

Y el Chat GTP dejó de ser gracioso

Una noche de domingo, tarde para hacer los deberes del día siguiente, en esta casa había que hacer una poesía de seis estrofas, y ante mi escasa capacidad para la rima y este afán protector de cubrir a los hijos donde no llegan, echamos mano del GTP, y cada dos segundos producía una nueva sobre el mismo tema con poco encanto, pero cumpliendo los requisitos sintácticos. Y así lo hemos probado jugando con todo lo que se nos ha ido ocurriendo, mientras me enseñaba el filtro de TikTok, Bold Glamour, el más utilizado que genera una imagen virtual de ti tan mejorada que es imposible reconocerte. En el fondo, es un sentimiento aspiracional de lo que tú no puedes ser, más listo, más guapo, más vago. Está clara cuál es la parte de artificial en esta imagen digitalmente filtrada que se suma a la manipulación de imágenes entre divertidas y tiernas que se cuelan en los chats con imágenes generadas con MidJourney o DALL·E de perros baloncestistas, muy acorde con la humanización de las mascotas, otra de las tendencias imparables.

Vimos al papa Francisco con un abrigo hinchable blanco, que te hacía dudar de si era cierto o no, parecía descabellado en él, pero quizás no tanto después de haber conocido durante años el vestidor de su antecesor, Benedicto XVI, y sus escarpines rojos. Todo parecía doméstico, controlable, una inteligencia recreativa por mucho que advirtieran de los riesgos globales. Y aparece Wolf News, un programa de noticias falsas presentado por personas que no existen, en las redes de propaganda del gobierno chino. El primer deep fake que aparece en una campaña de influencia estatal y las alarmas se encienden porque la desinformación, la ciberdelincuencia, la reconversión laboral en perdida de puestos de trabajo deja ya de ser un juego.

La inversión anual de las empresas en inteligencia artificial ha pasado de cero en 2013 a 176.000 millones de dólares en 2021, y su influencia para revolver el equilibrio en la situación geoestratégica como para agitar la vida democrática o consolidar el control interno de regímenes autoritarios es un futuro tan presente que un grupo de más de mil expertos, ejecutivos del sector y filósofos han firmado un manifiesto donde piden una pausa de al menos seis meses a todos los laboratorios en el desarrollo y pruebas de los sistemas de IA para regular y planificar la explosión de la potencia computacional para crear nuevos modelos. Elon Musk, el reciente comprador de Twitter y dueño de Tesla y Space X es uno de los firmantes, sobrepasado por su propia criatura; si él está inquieto, ¿qué no nos pasará a nosotros?

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