Opinión | paso a paso

Vientos de primavera

"He sentido nostalgia de aquellos debates parlamentarios de la Transición"

En Córdoba la primavera siempre entra de la misma manera que nos saludamos los cordobeses: con un abrazo efusivo. Aquí nada de medias tintas. Pasamos del abrigo, al me quiere no me quiere de la rebequita que como buen cordobés a partir de media mañana ya se lleva en la mano, en el brazo, en el hombro... donde sea menos en su sitio. Casi como la reciente moción de censura que ya se sabía que iba a ser un atuendo que nos iba a servir para poco, o al menos, que no iba a servir para lo que se pretendía en clave política, pero que a los ciudadanos de a pie, al menos a esos que nos salió la barba con la Transición, sí que nos ha traído ciertos vientos de aquella primavera efusiva de nuestra reciente democracia. Y qué le puedo decir, querido/a lector/a. Le confieso que he sentido nostalgia de aquellos debates parlamentarios de la Transición. En aquellos momentos tal vez no solíamos caer en la cuenta, pero la mayoría de los políticos trenzaban sus programas de partido con vastos conocimientos de historia y filosofía política y económica de nuestro país. Daba igual que aquellos políticos que conquistaron su escaño vinieran del mundo científico, profesional u obrero, y que bastantes de ellos no hubieran pisado nunca la universidad. Parecía como que la mayoría habían bebido, o mejor, se habían bañado en los pensamientos de Ortega y Gasset o Miguel de Unamuno, entre otros. Todos parecían destilar en sus discursos parlamentarios esa dulce vehemencia insomne de los que buscan la verdad en los libros. Ahora eso no está ni se le espera, salvando honrosas excepciones. Tamames, en sus socarronas y lúcidas intervenciones durante la moción de censura, nos ha traído a los que vivimos aquella primavera política del 75, unos vientos que nos hacen recordar el verdadero perfume de la política cuando busca el progreso del pueblo y no el de los partidos políticos.

*Mediador y coach

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