Opinión | CALIGRAFÍA

La probabilidad

Sábado 4. Última ronda del torneo de Star Wars Legion del Circuito Holocrón, en Estalia. Largas mesas cuidadosamente cubiertas de escenografía, con las miniaturas desplegadas según la estrategia de cada uno. Niños mirando, jugadores de Magic, jugadores de Vampiro, curiosos, caras de concentración. Fede Roca vuelve a llevar Droides después de algunos escarceos con Imperio, lo que significa un interminable suministro de droides de combate B1, un tanque blindado de asalto AAT en el centro de la zona de despliegue, reluciente como el carro de un dios; y una unidad de magna guardia IG-100 agazapada mientras afila la electrovara. El material de las pesadillas. Porque pasa que los B1, que tiran mal para disparar y tiran mal para defender, son 6 por unidad, que con el droide adicional y el que lleva arma pesada, son 8. Y ya con 8, tires lo que tires, no se mueren a la primera. Es así. Además, bien colocados, con el rango 1 bien medido, se coordinan. Yo ya con Fede no discuto: activa de golpe diez unidades, y ¿qué vas a decir? Que sí, que me dejes.

Bueno. Pues por una vez en la vida parece que la legendaria mano de Fede para tirar dados, que es un chiste interno de toda la comunidad del juego, da síntomas de agotamiento. Sus tiradas están siendo... normales. Si tira a dado blanco, por ejemplo, a una unidad de soldados rebeldes; está causando 2 heridas. Lo predecible. En la última ronda, sin embargo, las anomalías comienzan a apre-ciarse. ¿Usa la Fuerza? ¿Vive la diosa Fortuna enamorada secretamente de él? ¿Puso la grasa sobre los huesos en el almuerzo y los hizo arder, para contentar al Olimpo? Unos B1 se aventuran a disparar sobre una unidad completa y sana de Comandos Mandalorianos. La mejor tirada de salvación del juego: dado rojo con incremento, 4 de 6 caras te salvan. Su colocación, perfecta. Su armamento, óptimo. Listos para puntuar en su siguiente activación. El orgullo de Mandalore, claro que sí. Pues tira 7 blancos, de 8 caras, con dos impactos cada uno (o sea, o un 7 o un 8) y saca impacto en los 7. Y un rojo de regalo. La probabilidad de eso es un exiguo 0,000061. Fede, que es un señor, desdramatizaba. Sí, mi mano, la baño en leche de burra. La masajeo. Sí, ¿y la tienes apalabrada como reliquia de San Cayetano cuando terminen tus mortales días, no? Porque a la hora de defender, 8 dados rojos de 6 caras, salvando cada uno con 3 o más, kaboom: todos en blanco. Probabilidad de 0,00015. Eso es contrario a justicia. Ante tal despliegue de favorecimiento de l destino un caballero debe abandonar, recogiendo compungido las miniaturas. Y abandoné. Vae victis.

Cuento esto para reconocer de nuevo que el héroe lo es porque hace la gesta en el momento exacto y no en otro. No hay que darle cien pedradas a cien gigantes, hay que darle una a Goliath en la frente. Honré una enseñanza de mi entrenador, Pedro M. Navarro: en ajedrez, cuando estás perdido, tienes que abandonar (por eso hay que pensar antes de estar perdido, no después). En ajedrez y en todo.

** Abogado

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