Opinión | DAME FUEGO

Horizonte

Cuando la Tierra, la Luna y el conquistado Marte, brillen, cegadores, tapizados de placas solares y antenas de telefonía, habrá llegado el fastuoso momento en que la Humanidad podrá por fin declararse oficialmente capacitada para bajarse el vídeo de Shakira ochocientos billones de veces en media hora. ¡Jo! Todo ello sin dejar de vender armamento, con los supervivientes «millennials» colapsando, ya viejos, las macro-residencias al uso, tragando el agua (o la cola) y el alimento más contaminados que nunca, el parking hasta la bandera, la retención diaria tan puntual como ahora («libre de humos», aunque perdiéndose litio marciano por las esquinas), la correspondiente doble mascarilla fajando bien, el «pase gripe», y el «permiso resfriado», y la autorización integral, la autocensura bien grabada en la mente colectiva de una población analfabeta, y seis mil billones más de descargas, con sus correspondientes «likes», del último vídeo de otra Shakira (o la que toque) tirando de alfombra fotovoltaica triplanetaria. Esto nos hará grandes, muy por encima de cualquier Velázquez, Beethoven, Alfredo Kraus, Chikilicuatre, más allá de todas las conquistas en medicina, todos los trasplantes, los monumentos, los inventos más prácticos y las más elevadas producciones del intelecto y el corazón humanos, más arriba destacará las más desarrollada herramienta, la más celebrada virtud, el mejor y más práctico y satisfactorio recurso de la historia: el Ego, la soberbia, activando los cien billones de trillones de descargas del vídeo en cuestión, en un solo minuto. Esta hazaña, ahora somos conscientes por evidencia científica (según infalible modelo de predicciones), representa la «misión» de la Humanidad, su sentido, tras tanta ciega evolución durante cientos de miles de años.

Así que, hombre y mujer del presente, cuéntaselo a tus niños para que abandonen definitivamente los estudios y dejen de trabajar en cualquier tipo de aspiración creativa. Apúntalos a clases particulares de pasotismo, indolencia y descarga. No lo dudes: son la primera generación de consumidores que verá la Tierra, la Luna y Marte bajo un manto de paneles y antenas, «cero plástico», energía «limpia» a raudales con la descarga como primer y compulsivo gasto. La generación más preparada y «verde», maestra de su prótesis no-teléfono, siempre fiel a su ‘Insta’, la ley de protección de datos y el decreto inconstitucional que se tercie, orgullosa de vivir en Burodemocracia Asistida por Inteligencia Archioficial, capacitada, ya por naturaleza, para la descarga diez cuatrillones del correspondiente vídeo de la Shakira del futuro. Qué huevos (virtuales).

*Escritor

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