Opinión | COLABORACIÓN

Infancia misionera

Una vez más, (15-1-2023) como todos los años la Iglesia celebra el día de la Infancia Misionera. El lema de este año, «Uno para todos y todos para Él», suena a novela de aventuras... ¿Acaso es la misión una aventura para los niños? Sin ninguna duda. Es una aventura que tiene todos los elementos necesarios para ser la aventura de la vida de cada uno. Tiene incertidumbre, pasión, novedades continuas, personajes increíbles, compañeros de «viaje» por descubrir... ¡Me estoy dando cuenta de que es una aventura para todos, no solo para los niños! La misión es un reto constante, y, hoy en día, más. Y los niños, en esa etapa en la que se empapan de aprendizajes continuos, se motivan con retos. Que la vida, igual que la fe, no puede vivirse solamente de puertas para adentro, sino que somos parte de una sociedad que necesita que demos lo mejor de nosotros mismos para los demás, y eso es lo que espera Jesús de cada uno de nosotros, ayudar a los niños a experimentar que en la Iglesia todos vivimos unidos en misión con nuestro ejemplo, con nuestra vida. Ya lo decía san Francisco de Asís: «Predica el Evangelio de Jesús en todo momento, simplemente comenzar por tratarnos con amor entre nosotros y cuando sea necesario, utiliza las palabras», no hacen falta más explicaciones.

Mas hemos aprendido que no podemos reducir esta Obra a una sola Jornada en el año. Recordemos que hay niños, profesores y catequistas que se nutren de los recursos pastorales, y por ello debemos seguir trabajando en esta línea. Que sea un goteo constante de recursos para ellos con tinte misionero, hacer que los niños descubran los valores del evangelio. Acercarnos a su mundo, y mostrarles con su lenguaje que todos somos misioneros y que no hace falta ser adulto para viajar lejos; podemos comenzar ya por el que tenemos al lado. La Obra de la Infancia Misionera es una Obra, acompañados por algunas ONG, que ayuda económicamente a millones de niños en el mundo. Desde el sostenimiento de orfanatos en Guinea, hasta las gafas que pueda necesitar un niño en Centro África, intentando responder a la interrogante de ¿por qué los niños nacidos en Centro África, por ejemplo, no tienen oportunidades de desarrollarse integralmente? Dominados por países desarrollados, son expoliados de sus recursos materiales naturales sin recibir a cambio inversiones en educación, luz, agua... Es la raíz de la verdad que nos interpela sobre nuestras meritocracias competitivas y excluyentes, generadoras de desigualdad social y desigualdad económica. Hay que inculcar a los niños, que la sencillez, la unidad, la justicia solidaria, el bien común... Son valores que evangelizan a los adultos, que ellos son auténticos héroes de la maravillosa aventura de vivir para los demás. Recordar a la Delegación de Misiones de Córdoba y su consiliario Antonio Evans, junto a sus colaboradores, se encargan de abastecer cuanto pueden a los más de cien misioneros cordobeses que viven ya para los demás.

** Licenciado en Ciencias Religiosas

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