Opinión | brisas

Benedicto XVI y Hans Küng: un largo almuerzo

Joseph Ratzinger y Hans Küng coincidieron en la Facultad de Teología de Tubinga. Tenía Ratzinger fama de teólogo implacable sobre la doctrina de la fe de su colega Küng. Pero recién elegido, Benedicto XVI lo invitó a un almuerzo en Castelgandolfo. El teólogo Küng habló muy bien de aquel encuentro. El día de su renuncia al papado me pregunté: ¿Qué habrá pensado Hans Küng? La respuesta llegó en una entrevista periodística.

No se lo esperaba «en absoluto». Su decisión «abre una puerta a la renovación que deberá ser aprovechada ahora por la Iglesia». También dijo Küng «que la renuncia al papado revaloriza su figura». Recordó que durante la sobremesa «mantuvimos una intensa discusión teológica de unas cuatro horas sin interrupción». Küng, autor del libro ‘Lo que yo creo’ y del que escribí en esta columna un artículo hace años, me envió de su puño y letra una tarjeta en la que decía en español: «Muchísimas gracias por su artículo». En aquel libro, Hans Küng ya fallecido, exigió una «globalización de la ética (...) ¿Puede haber una política económica mundial alternativa al Estado del Bienestar y al puro capitalismo?». Su último libro, que guardo en mi biblioteca, se titula ‘¿Tiene salvación la Iglesia?’.

Desde ahora el que tengo en mi mesilla de noche es de Benedicto XVI: ‘Jesús de Nazaret’. Libro que relaciono con una Navidad nada folclórica. En su ultimo viaje a su Baviera natal en 2006, viaje de despedida, visitó la tumba de su padre en compañía de su hermano también sacerdote. Rememoró su niñez. No se imaginaba que llegaría a Papa y a Papa emérito.

* Periodista

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