Opinión | NO ME DIGAS...

* @ADiazVillasenorEscritorALBERTODíaz-Villaseñor*

«Emosido engañado»

Vivimos tiempos de pasmo y la sorpresa, y eso que nuestra capacidad de asombro se encuentra a niveles subterráneos. No podemos creernos nada, ese es el resultado de tanta manipulación y engaño. Se echan de menos aquellos años en los que gozábamos al menos del espejismo de la seguridad, no sólo en términos de paz social, sino en lo que se refiere a tener las cosas claras, para ello, la existencia de los bloques de la guerra fría era mano de santo: los buenos y los malos. Ahora está todo patas arriba, cada día es el escenario de una nueva mentira o, al menos, de otra sospecha que se asienta sobre la sospecha del día anterior, nada es lo que parece y los espíritus críticos ya no nos creemos nada. La prensa diaria, que no sé cómo no se vuelve loca, está llena de ejemplos. La destrucción de los sistemas sanitarios públicos que tanto había costado levantar, corroídos por la estrategia del salami, es decir, víctimas de la supresión, poquito a poco, loncha a loncha, de sus ventajas, financiación y personal, en beneficio de los privados, con su discutible mayor eficiencia. La preocupación oficial por el fantasmagórico cambio climático, desmentido por el uso oficial de medios de transporte súper contaminantes cada vez que hay cumbres climáticas a las que, por cierto, nunca acuden los países que son los verdaderos agentes de polución del planeta. La sustitución de fuentes de energía clásicas por otras, realizada a lo loco, sin garantías de ser mejores, con la subyacente sospecha del beneficio económico para algunos que produce ese cambio. Y el miedo, ese miedo que continuamente nos traslada el poder a las capas bajas de la pirámide social, un miedo teñido de culpabilidad: somos los culpables de cómo está todo, no lo son ellos, los que tienen la sartén por el mango y la capacidad de arreglar las cosas. Mientras tanto, la crisis que se anunciaba para septiembre con su carga de pobreza y precariedad la desmienten las diversas vorágines que nos rodean: los precios del ocio y bienes de consumo no restan la presencia de multitudes gastando como nunca. Trasunto de la nueva mentira del miedo. Como dice ese meme: «Emosido engañado».

* Escritor. @ADiazVillasenor

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