Opinión | escenario

Taponazos

En el techo del comedor de mi casa queda una huella, imperceptible para todos menos para mí, producida por el taponazo de una botella de champán -champán, champán, producido en la región francesa de Champagne, que es la única autorizada para llamar a sus vinos espumosos de esa manera-. Un invitado circunstancial, visiblemente achispado, decidió desperdiciar los 45 euros que valía la botella, agitándola poderosamente antes de abrirla, precisamente para provocar el taponazo, mientras el resto de los comensales, se tapaba la cara con las manos, justificadamente temerosos de que el maldito tapón les saltara un ojo.

Inevitablemente se estrelló en el techo, eso sí, limpiamente, sin rebotes ni nada. Lo que no pudimos evitar es que nos pusiera a todos perdidos, como hacen consigo mismos aquéllos a quienes toca la lotería el día 22 de diciembre, cosa que nunca me he explicado. Si a mí me tocara la lotería -este año no me ha tocado ni siquiera un reintegro- me bebería el champán o el cava, que es como se llama, sin entrar en muchos detalles, el champán fabricado en España, o con otro vino espumoso. Brindaría con cualquier bebida, incluso con agua. ¿Quién ha dicho que no se puede brindar con agua?

Para que la apertura del champán o el cava resulte elegante, el descorche debe ser silencioso, así que no hay que agitar la botella, sino inclinarla levemente hacia una trayectoria alejada de los comensales, quitar el alambre de seguridad y sujetar firmemente el tapón con una mano, a la vez que se gira el cuerpo de la botella. El gas se escapará poco a poco y de forma natural. Por cierto, hay quien colecciona las chapas metálicas que, bajo el alambre, refuerzan el tapón y este coleccionismo se llama placomusofilia. No lo busquen en el diccionario porque no viene.

La copa más adecuada para servirlo es la de tipo flauta, que permite contemplar el movimiento de las burbujas, finas y persistentes, ascendiendo en línea vertical desde el fondo hasta arriba, y el desarrollo de los aromas. Al servirlo, la copa se inclinará ligeramente para que no se forme demasiada espuma. Su temperatura ideal es 5º y será necesaria una champanera con hielo cerca para conservarlo bien frío. Brindemos desde aquí por todo lo bueno que nos traiga el 2023. Y ya saben, mucho cuidado con los tapones.

* Escritora y académica

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