Opinión | tribuna libre

Noticias con sabor de época

El ‘Boletín’ fue creado «como un pabellón destinado a ondear en el baluarte de la cultura cordobesa»

Casi apetece sentarse en el set de muebles instalado en la sala de exposiciones del Archivo Histórico Provincial, encender alguna de las lámparas de mesa y leer tranquilamente la reproducción del primer número del ‘Boletín de la Real Academia’, aparecido a finales de septiembre de 1922, cuyos cien años de existencia se han venido conmemorando con diversos actos. Ya desde la fundación de la institución sus responsables se habían preocupado por difundir los trabajos académicos a través de actas, fascículos y resúmenes. Pero no fue hasta esa fecha cuando sus afanes cristalizaron en la aparición del ‘Boletín’ que ha llegado hasta nuestros días, creado «como un pabellón destinado a ondear en el baluarte de la cultura cordobesa (...) en el que coincidieran con sus estudios los hombres de valía residentes en Córdoba». La edición inicial se estrenaba con artículos sobre prehistoria, geología, el valor europeo de la pedagogía española y un curioso método para sumar con seguridad y rapidez, entre otras aportaciones.

Un ambiente que, sin duda, evoca la lectura de los periódicos del día, en la mejor tradición del casino, círculo o club decimonónico -no en vano el mobiliario procede del Círculo de la Amistad- si bien en este caso los ejemplares no están sobre la mesa, presos en las clásicas pinzas de madera, sino sobre las paredes. Una muestra de páginas extraídas de diarios locales como ‘La Voz’, el ‘Diario de Córdoba’ o el ‘Defensor’ que, seleccionadas y estructuradas sabiamente de la mano de sus comisarias Alicia Córdoba y Rosa Luque, combinando criterios documentales, expositivos y archivísticos con los de interés, redacción y brevedad propios del periodismo, nos sumergen, con ese pequeño toque ambiental que el archivo confiere a sus exposiciones, en algunas de las noticias más relevantes de la Córdoba de los felices años 20, los primeros del ‘Boletín’.

Bien es cierto que no tan felices en algunos casos, e inquietantes en otros, pero imbuidos de toda una gama de transformaciones, de adelantos tecnológicos y científicos anunciadores de la futura sociedad de consumo y de efervescentes planteamientos sociales y culturales. Amén de la ‘joie de vivre’ posterior al inmenso desastre de la Gran Guerra. Nunca se pondrán los analistas totalmente de acuerdo si para olvidar lo pasado o para tratar de conjurar las derivas políticas e ideológicas que tendrían trágicas consecuencias en la siguiente década. De hecho, los amantes de los paralelismos históricos trenzan mimbres con la actualidad contraponiendo los avances del conocimiento (medicina, inteligencia artificial, tecnologías de la información, exploración del espacio, fuentes de energía...) a los graves problemas que plantean el cambio climático, nuevas derivas políticas e ideológicas o la guerra de Ucrania y la crisis económica. Como en el pasado siglo el planeta aborda un nuevo decenio prodigioso. Pero lo hace temblando y tratando de recuperar, aunque sea en forma de bombillas de colores y comidas navideñas, un tiempo que ya no volverá a ser el mismo. El desastre de Annual, la transformación urbanística de Las Tendillas, el fallecimiento de Julio Romero y la proyección de sus modelos femeninas en etiquetas y carteles, particularizadas en Dora ‘la Cordobesita’, o las chicas de armas tomar de los calendarios de la Unión Española de Explosivos (alguna pose podría considerarse hoy precursora del estilo Bond) conviven en la antigua capilla con hechos culturales, sucesos o aniversarios. Por supuesto, no falta la referencia a la visita de Alfonso XIII y a la repercusión de su discurso en el Círculo de la Amistad en el devenir político del momento. Fue también una auténtica peripecia periodística la vivida por el ministro acompañante, Juan de la Cierva, escribiendo sobre la marcha y sobre el menú de la cena una versión oficial «modificando, suprimiendo y adicionando lo necesario» -según cuenta en sus «Notas de mi vida»- para reconducir ortodoxamente -digámoslo así- las espontáneas palabras del monarca e intentar que los medios se atuvieran a ella.

Parándose a leer la letra pequeña cabe reparar en los peculiares estilos de redacción de la época o constatar cómo se abundaba en la instalación de mingitorios públicos en Las Tendillas (andando el tiempo sería justo lo contrario), navegar por las larguísimas listas de asistentes a los actos o tener noticia de cómo Córdoba se aprestaba en su día a contar con autobuses de dos pisos al mejor estilo londinense, entre otras muchas curiosidades .

Estos días en que los medios resumen las noticias del año es todo un regalo de Navidad este pequeño salón de lectura mural con sabor de época. Y a modo de aportación añadida: las inquietudes divulgativas del ‘Boletín’ casi comparten fecha de nacimiento con las de otro relevante medio. Pocos días después de su aparición, el 18 de octubre de 1922, nacía... la BBC.

* Periodista

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