Opinión | HOY

Lola y el premio

A la hija de Lola le han dado un premio por su trabajo y su dedicación en los estudios. No me preguntéis quién es Lola. Es otra mujer, otra madre, otra vecina, otra amiga. ¿Que no la conocéis? Pues cada día os la cruzáis en el ascensor, por las calles, en el anonimato de la cocina y en la cola del supermercado. La tenéis haciendo cola en todas las colas, en los problemas del marido, en el ajetreo de los hijos, en su silencio y en su soledad más íntima, eso que por mucho que miréis no se ve. Ahora han premiado a su hija y Lola se siente muy feliz, ¡tan feliz!, porque solo Lola sabe cuántos días, cuántas madrugadas, cuántas inquietudes, cuentas, entregas, sacrificios, dudas, zozobras, desde el embarazo, desde el parto, desde tanto amor que de pronto brotó que ni siquiera ella imaginaba que poseía. Aquel retoño de aquella chiquitina que apenas se veía en la cuna, entre las pequeñas sábanas, puras, inocentes, perfumadas de maternidad, y luego su primera sonrisa con dos dientecillos y sus dos hoyuelos; aquella fiebre, aquel primer día de escuela, el frío, la bufanda, los balbuceos para aprender a leer, las navidades, los juguetes, las preguntas, el primer llanto, la otra alegría, el otro llanto, y cuando la hija se hacía mujer, y cuando dudaba, y cuando se iba de la casa, alejada hacia la vida y hacia el mundo de caminos en sol y rincones de oscuridad, y Lola siempre a su lado, en silencio, ¡siempre en ese escondido, disimulado silencio de ternura y de inquietud!, temiendo por ella, alegrándose por ella, soñando por ella, velando siempre, siempre por ella, entre cada latido de su corazón, entre cada parpadeo de sus ojos, con las palabras de ese Salmo: «No permitirá que tropiece tu pie, tu guardián no duerme». Solo Lola conoce el misterio de ese vínculo tan profundo. Y ahora recoge un fruto. Pero nadie sabe de quién es el premio, para quién es el premio, por quién es el premio y todos los premios de todas las entregas, y así hasta el infinito. Pues ese premio tiene un secreto: el premio es de Lola, un premio que nos reparte a todos y nos explica el misterio de dar la vida para que otros vivan, ese misterioso premio sin boleto, sin números, sin lotería y sin azar, solo a base de certezas; ese premio siempre humano que lleva en su seno el amor.

 ** Escritor

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