Opinión | TRIBUNA ABIERTA

El mundo de los musgos, paseando con lupa

Se acercan las navidades y, tradicionalmente, se han venido realizando salidas de campo para la recogida de musgos para decorar el belén

Por fin han caído las primeras lluvias tan esperadas después de un otoño caluroso y seco, como estaba previsto. Una buena noticia; sin embargo, como recientemente suele ocurrir en zonas de clima mediterráneo, se ha tratado de lluvias torrenciales y fuertes tormentas, originadas por un tren de borrascas que nos han entrado por el atlántico de gran impacto. Tanto la sequía, como este tipo de precipitaciones, suelen estar relacionadas con cambios en la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) que afectan en gran medida al patrón del tiempo meteorológico en la Península Ibérica. Por un lado, la expansión durante periodos más prolongados del Anticiclón de las Azores bloquea la entrada de bajas presiones en nuestro país, aumentado los periodos secos y cálidos. Por otro lado, el fortalecimiento de la corriente en chorro (movimientos bruscos de masas de aire), está generando borrascas que ocurren de una forma más persistente. Estos cambios están provocando una mayor intensidad de estos fenómenos meteorológicos, es decir, menos episodios de lluvias, pero más intensas, y con desplazamiento desde el otoño hacia el invierno.

Por todo ello, uno de los problemas más importantes con este reciente cambio del clima es la falta de disponibilidad del agua de lluvia en esta zona del globo. De ahí la importancia de adoptar medidas que permitan proteger y mantener a los suelos vivos para conservar la biodiversidad y, viceversa, adoptar medidas de protección de organismos vivos que son esenciales para mantener a nuestros suelos. En esta ocasión pongo como ejemplo al papel que juegan los musgos (briofitos), unos organismos que actúan protegiendo nuestros suelos y, por lo tanto, jugando un papel muy importante en nuestros ecosistemas.

Los musgos son los más representativos y conocidos de las plantas no vasculares (briofitos), aunque en este grupo de organismos también se encuentran las hepáticas y los antoceros, estas últimas menos representadas en nuestro paisaje. Los briofitos, junto al mundo de los helechos (pteridofitos), presentan una alternancia de generaciones vegetativa y reproductora (esporofito y gametofito) observables a simple vista. Al contrario de lo que ocurre en las demás plantas, es decir, las vasculares, donde el esporofito (con doble dotación cromosómica) es la generación dominante, en el caso de los briofitos, la generación dominante es el gametofito (con una única dotación de cromosomas). Por este motivo, el gametofito de los briofitos no ha llegado a desarrollar tejidos bien diferenciados, siendo nombrados en este caso particular como filidios (falsas hojas), caulidios (falsos tallos) y rizoides (falsas raíces). Por lo tanto, con estos “falsos tejidos” los briofitos no cuentan con la ventaja que suponen los vasos conductores de las demás plantas. Las plantas vasculares toman el agua y sales minerales del suelo, y lo transportan como sabia bruta a través de los vasos conductores del xilema; por otro lado, transportan materia viva, resultado de la fotosíntesis, como sabia elaborada a través de los vasos conductores del floema.

Es cierto que los briofitos con “falsos tejidos” no tienen esta posibilidad, pero es precisamente por ello por lo que llegan a jugar un papel extraordinariamente importante en nuestros ecosistemas. Los briofitos, además de no contar con vasos conductores, tampoco cuentan con una cutícula, un revestimiento que les permita prevenir la pérdida de agua. Sin embargo, han llegado a desarrollar una estrategia que les permite adquirir la capacidad de absorber directamente el agua y sales minerales disueltas en la lluvia, sin necesidad de tomarlos del suelo, evitando su pérdida e incorporándolos de esta forma directamente en el ecosistema. Al parecer, son capaces de retener hasta 20 veces su peso en agua durante el periodo lluvioso, con una liberación muy lenta durante el periodo seco. Algunas especies que viven en interacción con bacterias son, además, fijadoras de nitrógeno. Además de todo ello, hay que destacar el papel indispensable que juegan en la protección de pequeños animales que se refugian en ellos. Por este motivo, los musgos son unos de los organismos que más enriquecen y mejor protegen a nuestros suelos, jugando un papel muy importante en nuestros ecosistemas.

Se acercan las navidades y, tradicionalmente, se han venido realizando salidas de campo para la recogida de musgos para decorar el belén, a veces grandes cantidades sin considerar el posible daño que estamos generando en nuestros ecosistemas. Sin embargo, hoy en día se está presentado la alarma que supone, con prohibiciones y sanciones que, en ocasiones, son consideradas como una infracción muy grave, al tratarse algunas de ellas como especies amenazadas. Por todo ello, les invito a disfrutar directamente de su belleza, sin necesidad de aislarlas de su medio. Para ello, os recomiendo el manual sobre Recursos didácticos para la localización e identificación de musgos y hepáticas en la ciudad de Córdoba, generado como proyecto de innovación docente, que trata de presentar rutas en la ciudad donde puedan observarse e identificar con una clave sencilla de usar estos organismos. Se trata de un recurso didáctico diseñado para nuestros estudiantes y para todos aquellos que tengan curiosidad por estos organismos responsables de una parte de nuestro paisaje en miniatura, o lo que es lo mismo, todos aquellos interesados en pasear con lupa.

Suscríbete para seguir leyendo