Opinión | LA RUEDA

Lo que nos preocupa

Una encuesta publicada días pasados colocaba como primer motivo de preocupación de los ciudadanos la inflación. La guerra de Ucrania va bajando posiciones en nuestras preocupaciones, hasta quedar como la penúltima causa de nuestros desvelos. Por encima están las desigualdades sociales y la pobreza, el paro y el cambio climático; por debajo, la inmigración. Lo que no sale es que Bildu esté en el Gobierno, ni ETA, ni todas esas cosas con las que nos machacan ciertos políticos en el Congreso.

Vivir con pánico a lo que pasará es a lo que nos hemos acostumbrado desde hace años. Cuando llegó la crisis económica de 2008, vivíamos con terror ante la escalada de la prima de riesgo y las cifras del paro. Empezó a mejorar la cosa y llegó el covid: vamos a morir todos.

Luego fue el cambio climático: si no nos mata el covid, moriremos de calor. Pero además, moriremos pobres porque en septiembre venía una recesión que iba a dejar la anterior como una anécdota divertida. Estamos en Navidad y seguimos vivos. Resistimos. Y Bildu sigue en el Gobierno, y Euskadi no es independiente, ni Cataluña tampoco.

Me pregunto por qué nuestros políticos se han empeñado en que vivamos al borde del apocalipsis. Como si no hubiera motivos para temer el futuro sin que se empeñen en inventarse los que no existen. En China ha empezado a burbujear el descontento por la política de covid cero, y muchos hablan ya de un estado de ánimo explosivo, fruto del enfado y el estrés.

Porque la gente tiene (tenemos) una capacidad finita de sufrimiento. En algún momento la cabeza te hace click, y decides que, de perdidos, al río. Ojo, y no nos empujen hasta allí. Porque el terror lleva a los totalitarismos, que medran alimentándose de él.

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