Opinión | ECONOMÍA CON TOQUE

Los tipos de interés, y más que nunca

La subida del Euribor ha provocado, que en media, las hipotecas se hayan encarecido un 30%

La política monetaria es una de las políticas económicas más curiosas, ya que necesita de un intermediario privado, la banca, para que llegue a los ciudadanos. Esta política se encarga fundamentalmente de controlar la liquidez de la economía, es decir, controlar la cantidad de dinero que hay en circulación. Obviamente, esto es harto complicado. Los bancos centrales crean dinero de la nada, ya que no hay ningún bien que respalde la creación de dinero que no son más que «papelitos» en los que depositamos nuestra confianza porque pensamos que nos van a permitir comprar determinadas cantidades de bienes y servicios. Al mismo tiempo, cuando los bancos centrales quieren hacer llegar esa liquidez a la economía, se lo dan a los bancos: ¿cómo? prestándoselo o comprándoles algún tipo de activo financiero que los bancos hayan comprado previamente (deuda pública de los países suele ser los más común). A partir de ahí, los bancos al tener más dinero disponible hacen más préstamos a familias y empresas y/o compran más deuda pública. Lo que ocurre es que los bancos no prestan exclusivamente el dinero que tienen físicamente, sino que juegan con el hecho de que no todos los clientes vamos a ir a retirar nuestro dinero al mismo tiempo y prestan el mismo dinero una y otra vez, creando lo que se denomina dinero bancario. Lo que hace que haya una gran diferencia entre el dinero que crea el banco central y la cantidad que circula en la economía.

Las consecuencias de pasarse creando dinero las estamos viviendo con la escalada inflacionista que tenemos, agudizada por la guerra de Ucrania, y claro cuando eso pasa los bancos centrales responden creando menos dinero para que los bancos no puedan prestar tanto y subiendo tipos de interés para que las familias, empresas y sector público no se endeuden tanto y se frene su gasto. En el caso actual, el Banco Central Europeo sigue creando más dinero de lo que la situación exigiría, ya que hay países con grandes cantidades de deuda pública como España y si deja de comprar esta a los bancos va a subir estrepitosamente la remuneración que se ha de pagar a los inversores por ella (de esto ya hablé en una columna previa). Así que el camino elegido para no perjudicar en exceso a los Estados sobre endeudados ha sido la subida rápida de los tipos de interés. Esto provoca una cascada, si sube el tipo de interés al que presta dinero el BCE a los bancos, pues estos se financian más caro y, por tanto, cobran más caro por prestar ellos ese dinero a sus clientes. Y aquí llegamos al problema grande que se está generando. El Euribor, que como sabemos es el tipo de interés de referencia para los préstamos, se ha situado a niveles de 2009 y ya está casi en el 2,9%. Esto ha provocado que, en media, las hipotecas se hayan encarecido un 30% aproximadamente. De este modo, una hipoteca de 180.000 euros a 25 años por la que el banco cobra 1%+EURIBOR, se habrá encarecido en casi 300 euros de enero a ahora. Esto no solo pasa con las familias, sino que a las empresas también se les ha encarecido el crédito hasta un 22%. Está claro que esto va a llevar a que haya más morosidad, menos inversión por parte de las empresas y menos compras de bienes sobre todo viviendas o coches por parte de las familias. Se esta hablando de un aumento de la morosidad de hasta el 4,6% para este año, ya no tan lejos del 6% de media alcanzado entre 2012 y 2019, de un 5% de empresas en peligro de cerrar sus puertas por impago, y de una caída entre el 10% y el 15% en la compra de vivienda para 2023.

Para frenar esto el Gobierno ha llegado a un acuerdo con los bancos, estableciendo posibilidad de carencias, limitación de subidas o ampliación de la devolución para rentas de hasta 29.400 euros y que dediquen más del 50% de su renta mensual al pago de hipoteca. Como aún no se ha publicado el texto, ignoro si esa renta es neta o si está modulada en función de número de personas en el hogar. En España la renta mediana disponible es de unos 19.000 euros para hogares de dos personas, lo que hace 1.583 euros al mes, y estaríamos hablando de una hipoteca de casi 800 euros al mes, por tanto de una hipoteca de 180.000 euros en 25 años que se concede para viviendas de aproximadamente 235.000 euros de valor. Realmente no sé cuántas familias vulnerables se gastan esa cifra... Hay otra medida que parece más factible, hogares para los que suponga el 30% de su renta y hayan tenido una subida de al menos el 20% podrán congelar 12 meses la cuota y alargar el préstamo hasta 7 años. Creo que se suscribirán a estas medidas bastantes bancos (son voluntarias), ya que o no van a tener que aplicarlas mucho por escasez de familias con esas características o son medidas que ya se venían implementando en algunas entidades para evitar morosidad. No obstante, aunque haya una sola familia que se pueda acoger, bien venidas sean. Eso sí, a las empresas el Gobierno, por ahora, ha decidido no darles «ni agua» que al parecer estas «no» son el primer pilar para que las familias reciban un salario y puedan pagar sus hipotecas.

* Profesora de Economía Universidad de Córdoba

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