Opinión | LA CLAVE

En el deporte honrado siempre se gana

Después de haber tenido la suerte de asistir al espectáculo deportivo que ha representado la Media Maratón de Córdoba, en su 36.ª edición, el domingo 27 de noviembre de 2022, me gustaría compartir una serie de reflexiones o ideas que brotaron en mí durante el transcurso de la prueba. En la época en la que yo fui «deportista de competición» (porque «deportista» en sí, si uno quiere, puede serlo toda la vida), se nos decía que, si llegabas a los 20 años sin haber conseguido «nada», lo mejor era que te dieses por jubilado. Resulta increíble y, hoy en día, casi suena a chiste, sobre todo cuando el paso de los años y la experiencia han demostrado lo contrario: ejemplos como el del nadador húngaro László Cseh (6 veces medallista olímpico que alargó su carrera deportiva hasta los 35 años), la nadadora española Mireia Belmonte (campeona olímpica en Río de Janeiro con 26 años) o la paratriatleta también española Eva Moral, medallista de bronce en Tokio 2020 (+1) y que sigue compitiendo al mayor nivel tras haber sido madre, han ayudado a que muchos especialistas se replanteen premisas que parecían incuestionables.

Sin embargo, me gustaría que esta reflexión abarcase un poco más: en el deporte, ¿qué es exactamente conseguir «algo» o no conseguir «nada»? La respuesta debería ser relativa: lo que para uno puede ser muy poco, para otro significará mucho, y todo dependerá de las circunstancias y del bagaje vital de cada persona. Porque, en el deporte, aunque a veces lo parezca, todo no gira alrededor de la élite. Por supuesto que los deportistas de élite son unos profesionales a los que se debe ayudar, admirar y aplaudir. Ahora bien, los que compatibilizan sus vidas familiares y profesionales de otra índole con el deporte amateur también merecen sus 15 minutos de gloria: porque se sacrifican y entrenan a diario, porque sufren, porque se lesionan, porque soportan nervios antes de la competición, porque se emocionan si se superan, y quedan decepcionados cuando los resultados no son los que les hubiesen gustado.

En la 36.ª Maratón de Córdoba, después de recorrer 21 kilómetros por una ciudad de ensueño, los corredores entraron en la meta triunfantes, nunca mejor dicho, habiendo cruzado el Puente Romano y atravesando el Arco del Triunfo. Algunos levantaban sus brazos al cielo, tal vez dedicando la carrera a un ser querido que los ha dejado; otros se encontraban en la meta con sus hijos, quienes vitoreaban el nombre de sus padres como si estos acabasen de ganar una medalla olímpica (en efecto, esos padres son héroes); quizás, esa mujer que, tras terminar la carrera, besó el suelo, quiso cumplir una promesa. El Nene, un ingeniero prestigioso de España, nunca acaba las carreras totalmente satisfecho, pero para sus familiares volvió a triunfar una vez más. Y María, procuradora y madre de tres hijos, ha demostrado que nunca es tarde para convertirse en una gran deportista y que todavía está muy lejos de alcanzar su techo.

Aplaudo a todas esas personas que cumplen años y que continúan siendo deportistas. En el deporte, al nivel que sea, a la edad que sea, si se lucha con abnegación y se compite con honradez y humildad, siempre se consigue «algo». Porque, aunque en la vida unas veces se gana y otras se pierde, en el deporte honrado siempre se gana.

 * * Lingüista

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