Opinión | EL ALEGATO

De síes y banderas

Andamos inmersos en disputas tales como si los culpables de la reducción de penas por violencia machista son los jueces fascistas de los que habla el Sr. Rufián, -así, sin traba lingual, generalizando en aras de la libertad de expresión y chuleando de no haber Presidencia que le tosa-, o por el contrario, la culpa es de la Sra. Montero y su ley del ‘solo sí es sí’, entendiendo que la Disposición Transitoria quinta del Código Penal le era suficiente para evitar la rebaja de penas, olvidando que esa disposición se refiere al Código Penal de 1995 y al derogado de 1973, pero que no es aplicable a las reformas posteriores a 1995 como la introducida por la Ley del ‘solo sí es sí’.

Las prisas nunca fueron buenas y si doña Irene no hubiera tenido tanta urgencia, quizás se hubiese dado cuenta de la conveniencia de incluir una disposición transitoria «ex profeso» que impidiese la rebaja de penas y a la vez respetase el derecho constitucional de aplicar la ley más favorable al reo. Creo que ese doble condicionante tan difícil de articular es el que puede dar explicación al olvido del legislador y a la amable cesión de marrones a Sus Señorías.

Sigue la rabiosa actualidad ofreciéndonos temas sobrados para eludir en las próximas comidas navideñas si no queremos salir mal parados. Me refiero al desacato de una treintena de estudiantes de primero de bachillerato del colegio de La Salle de Palma a una profesora de catalán que, según la misma manifiesta, apelando a las normas de convivencia del centro, les pidió retirasen la bandera española que habían colgado al fondo del aula con un cartel de apoyo a la Selección Española de Fútbol.

No justifico en modo alguno la falta de respeto a un profesor, imparta clases de español, catalán o chino, pero entiendo que con el comportamiento insistente en la retirada de la bandera por la profesora, marchándose a dar las quejas a la dirección -donde debo suponer que existe otra bandera española junto a la autonómica-, lo único que demuestra es lo que esos alumnos ya sabían y por eso la retaron, que ese independentismo radical del que alardea públicamente en sus redes sociales no puede anteponerlo a su deber docente y mucho menos, convertirlo en una dictadura educativa.

Pero vamos a lo importante, que estamos en puertas de octavos de final.

* Abogada laboralista

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