Diario Córdoba

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Marcos Santiago Cortés

Violando democracia

El Gobierno ha propiciado una ley penal en cuanto a los delitos sexuales donde ya no hay distinción entre abuso y agresión porque todo es agresión. Y eso está bien. Abuso -como bien dice un juez amigo mío- alude al uso y uso es un término referido a las cosas y nunca a las personas porque cuando las personas se usan se denigran. Pero en todo caso, las penas son en general mayores excepto en algunos flecos que bajan. Y claro, esto ha sido utilizado por los políticos como arma arrojadiza electoral; en derecho penal se aplican las leyes del momento de los hechos salvo que la nueva ley que venga después sea más favorable al reo. Es cuando las defensas piden la revisión para ver si cabe la reducción acorde. Y nadie puede ir contra la retroactividad de la norma más favorable porque es un pilar democrático. Entonces ¿qué lío es este? Ninguno. Les aseguro que es un invento político. La oposición está criticando la revisión de las penas como si fuera un pecado mortal cuando lo que está criticando es que sea posible la revisión y por tanto está denostando al sistema democrático. Fíjense ustedes que fácil lo hubiera tenido la ministra Montero con este argumento. Pero no, en su torpeza, se alía con la oposición contra la democracia diciendo que la revisión no cabe y que todo es culpa de la judicatura española que es machista cuando años antes de esta revisión tuvimos la doctrina Parot que permitió el acceso de los etarras a beneficios penitenciarios y no por ello los jueces eran cómplices de los etarras y también se revisaron penas de los delitos contra la Salud Pública y no por ello los jueces fueron cómplices de los traficantes. Además, en nuestro sistema no solo la revisión penal rebaja las penas; en el ámbito penitenciario hay algunos que acceden antes al Tercer Grado dependiendo de su evolución. ¿Es entonces el sistema penitenciario un libertador de criminales? La ministra debería haber sido no solo más elegante sino más convincente. Porque no se están poniendo a violadores en la calle, sino que en algunos casos se está rebajando en un año de sus condenas cuando ya llevan mucho tiempo en la cárcel. Y esto le digo tanto al Gobierno como a la oposición a propósito de rebajar penas a violadores como si merecieran la cadena perpetua. Sé que violar a una mujer es un delito terrible. Pero tan terrible como pegarle una grave puñalada a una anciana para robarle. ¿Por qué no están pendientes también de la evolución de estas condenas? Pues porque no guardan rendimiento político feminista. O sea, en el fondo, todo es un sistema de machismo tan infinito que no se ve (tampoco Montero lo ve por cómo está actuando). Tan criminal es el violador como el asesino. Y que aun cause más alarma social y rendimiento electoral, la condena o libertad a un violador que la del asesino de una anciana es buena prueba de ello porque muestra que aun hoy el honor de la mujer como sexo débil, precisa más protección que su vida como persona. Qué atrasados estamos.

** Abogado

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