Diario Córdoba

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Aurora Genovés

tribuna abierta

Aurora Genovés García

25 años del asesinato de Ana Orantes

Su muerte, que será recordada más allá del tiempo, supuso un hito en la historia de la violencia de género en España

Era mediodía del 17 de diciembre de 1997, hace ya 25 años, cuando Ana Orantes llegaba a su casa cargada con las bolsas de la compra. Era el último día de su vida. Notaría cómo un líquido mojaba su espalda y comprendería con horror un segundo después que se trataba de gasolina y que además ya estaba ardiendo. Su vida acabaría dos segundos después quemada viva por su exmarido en el jardín de su vivienda, solo 13 días después de intervenir en un programa de televisión en el que relató los años de malos tratos que había sufrido.

Su asesinato ha supuesto un hito en la historia de la violencia de género en España. La repercusión mediática de su caso, la crueldad de su muerte y su intervención en el programa de Canal Sur hicieron que se tomara conciencia de este delito y se impulsaron una serie de reformas legislativas en los años siguientes.

Ana ha pasado tristemente a la historia por su muerte y no por su vida, ella no podrá conocer todo lo que pasó después y cómo sigue siendo recordada y llorada.

Aún ahora su caso sigue siendo estudiado, la sentencia que condenó a 17 años a su asesino sigue teniendo actualidad y todavía se recuerdan errores que pudieron haberse corregido en la tramitación de su separación.

Ana, heroína a su pesar, no fue la única víctima de ese año 1997, las estadísticas la sitúan como la número 59 de la lista negra de las asesinadas por la violencia machista.

Las reformas legislativas no se hicieron esperar, entre las más destacadas podemos recordar la modificación del Código Penal de 1999 que introdujo, entre otras cuestiones, la persecución de oficio del delito de malos tratos o la violencia psicológica como delito, la regulación de la orden de protección del año 2003, La ley integral de finales del año 2004 --año en que también murió asesinada por su marido Encarnación Rubio en el mismo pueblo que Ana Orantes--, con todos los cambios que ello supuso en los nuevos tipos penales, la violencia habitual, el delito de amenazas, los Juzgados de violencia sobre la mujer; esta ley aprobada por unanimidad en el Congreso (de 320 votos emitidos, 320 síes) cambió la forma de enjuiciamiento. La introducción de la agravante de género y listas paritarias llegaron en el año 2008, y comenzamos a leer sentencias introduciendo la llamada perspectiva de género, más tarde han llegado nuevas e importantes reformas, la violencia vicaria en el año 2014 o la responsabilidad del Estado en la violencia machista en el año 2018, cuando el Estado fue condenado a abonar una importante indemnización a Andrea González por el asesinato de su hija menor, Andrea, a manos de su padre a pesar de la cantidad de veces que había denunciado comunicando el riesgo que corría su hija sin que se hiciera nada por protegerla, en una sentencia histórica de la Cedaw (el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer), o ya más recientemente la supresión del régimen de visitas en los casos de violencia de género.

Ana Orantes no ha podido conocer todo lo que ha pasado en estos años, todas las reformas, la mejora en las leyes de todo tipo, la protección integral de las víctimas, la consideración de víctimas directas a los hijos e hijas de las mujeres que sufren malos tratos, pero en cierta forma todos estos cambios se los debemos a ella y a otras muchas que como ella ya no están entre nosotros.

Han pasado 25 años desde aquel día de 1997. Su muerte, su asesinato, será recordado más allá del tiempo, ya forma parte de la historia.

* Abogada

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