Diario Córdoba

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Antonio Gil

PARA TI, PARA MÍ

Antonio Gil

VI Jornada Mundial de los pobres

La pobreza infantil afecta a uno de cada tres niños, como recoge un macroestudio de la Plataforma de la Infancia

Hoy se celebra, no con aire festivo sino como un clamor que se alza desde las entrañas de la humanidad, la VI Jornada Mundial de los pobres. Fue instituida por el papa Francisco, quizás como eco de aquellas palabras que tantas veces ha recordado el propio pontífice, pronunciadas por el cardenal brasileño Claudio Hummes, en el Cónclave de marzo de 2013: «Cuando los votos subieron a los dos tercios, hubo el acostumbrado aplauso, porque había sido elegido. Y entonces, el cardenal Hummes, me abrazó, me besó y me dijo: ‘No te olvides de los pobres’. Y estas palabras entraron en mi corazón: ‘Los pobres, los pobres’. De pronto, en relación con los pobres, pensé en Francisco de Asís. Después he pensado en las guerras, mientras proseguía el escrutinio hasta terminar todos los votos (...). Francisco es el hombre de la paz. Y así, el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís». Y enseguida, el Papa estableció la Jornada Mundial de los pobres, este año con el lema: «Jesucristo se hizo pobre por ustedes», unas palabras tomadas del apóstol Pablo. Nos llega esta Jornada, cuando el mundo está viviendo una de sus grandes encrucijadas, la de la guerra, la de tantas violencias como se están desatando a lo largo y a lo ancho de una humanidad, ciertamente, consternada y acosada por el miedo. Desde que Rusia comenzó el conflicto con Ucrania, más de 7 millones de personas han tenido que abandonar su país, su patria, su hogar. Con la horrible tristeza de dejar una vida entera atrás y el miedo de comenzar de cero en países en los que ni sus costumbres ni su lengua son la oficial. En España conviven hoy más de 200.000 ciudadanos ucranianos empadronados. Esta cifra dobla, y supera, los que ya antes vivían aquí. Y un dato más, referido a nuestro país: «La pobreza infantil afecta a uno de cada tres niños», como recoge un macroestudio de la Plataforma de la Infancia. Los datos son claros: el riesgo de pobreza infantil en España ha aumentado del 27,4 por ciento en 2020, al 28,9 por ciento en 2021, representando la cifra más alta de pobreza infantil en los últimos cinco años. En su Mensaje para esta VI Jornada Mundial de los pobres, el papa Francisco señala la guerra en Ucrania, que tanto afecta a los indefensos y a los más débiles. «Se vuelven actuales», dice el Papa, las palabras del Salmista ante la destrucción de Jerusalén y el exilio de los jóvenes hebreos: «Junto a los ríos de Babilonia/ nos sentábamos a llorar,/ acordándonos de Sión./ En los sauces de las orillas/ teníamos colgadas nuestras cítaras./ Allí nuestros carceleros/ nos pedían cantos,/ y nuestros opresores, alegría./ ¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor/ en tierra extranjera?» (Salmo 137,1-4). Son millones las mujeres, los niños, los ancianos obligados a desafiar el peligro de las bombas con tal de ponerse a salvo, buscando amparo como refugiados en los países vecinos. ¿Y qué nos dice, qué nos pide el Papa en esta hora? ¿Qué tenemos que hacer en este trozo ensangrentado de la historia, con tantas amenazas y tan crueles en el horizonte? Francisco desgrana en su Mensaje tres hermosas actitudes: «Primera, esta jornada por los pobres nos invita a tener la mirada fija en Jesús, el cual siendo rico se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. En su visita a Jerusalén, Pablo se había encontrado con Pedro, Santiago y Juan, quienes le habían pedido que no se olvidara de los pobres. La comunidad de Jerusalén se encontraba en graves dificultades por la carestía que azotaba al país, y el Apóstol inmediatamente organiza una gran colecta a favor de los pobres». En segundo lugar, el Papa nos dice que «la fraternidad es uno de los valores humanos y universales que debería estar en la base de las relaciones entre los pueblos, de manera que cuantos sufren o son desfavorecidos, no se sientan excluidos y olvidados, sino acogidos, sostenidos, como parte de la única familia humana». Y en tercer lugar, el papa Francisco nos invita con toda su alma a «compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra». El Papa subraya que «frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe involucrándose directamente, sin delegar en nadie. No es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído». Tres hermosas actitudes para celebrar hoy la Jornada Mundial de los pobres, una cita con el amor solidario, ardiente y compartido.

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