Diario Córdoba

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David Márquez

DAME FUEGO

David Márquez

¡Booom!

El Cencerro Digital de Realidad Trastocada®, con estructura y apariencia de no-teléfono inteligente, cuelga, como substituto de su viejo, tosco antecesor de cobre, del cuello del bóvido recién intervenido a cerebro abierto con implantación de chip incluida. Todo resulta ciertamente confuso para neófitos como usted y yo, pero, en líneas generales, podemos decir que la vaca en cuestión recibe una potentísima señal de «voluntad digital» que la emplaza a mover el culo en dirección al abrevadero más cercano (Made in P. R. C.). La Sacrosanta Inteligencia Artificial sabe mucho mejor que ella cuánto y cuándo ha de beber, cagar o dar la teta a su retoño o retoña. Tocada con unas sempiternas gafas de «realidad mejorada», la vaca interpreta la representación de su ternerito según la Santa I. A. dictamina. De modo que la «realidad» a secas (antiguo concepto inimaginable, sucio y en fase de abolición) bien podría mostrar en su época a un famélico ternerito a punto de colapsar, que su madre, gracias a las gafas, el progreso y la Santa Ciencia, siempre lo verá del todo sano, rubio y retocado estéticamente. «De esta forma reducimos el estrés», afirma el catedrático de Ingeniería Irreal y Legítima Estafa de la OKA, Honoris Causa por la ICA y propietario de Cárnicas y Lácteos Virtuales de Andalucía, Eminentísimo Dr. Judas J. Wilkinson.

El más divertido avance en este campo se registra en lo que atañe a las tetas: fajan los pezones unas boquillas dosificadoras inteligentes, de atractivo diseño, programadas para suministrar al ternerito la dosis más acorde con su «constitución virtual». Así, por enésima, la Sacrosanta I. A. determina que el animalito ya tiene bastante, e inmediatamente se cierra el grifo, estimulándose acto seguido el BOBO, neurotransmisor inhibidor de las «ideas»: hambre, dolor y angustia. La tasa de morbilidad asociada supera el 90%, pero ¿qué importa cuando hablamos de ciencia, tecnología e innovación?

Asistidos por energía solar, limpia, verde y tóxica en extremo, el Cencerro Digital y su chip copartícipe (más accesorios) se posicionan como soluciones no se sabe muy bien para qué, vacío este en señalado contraste con la aportación de beneficios que las ventas generan en el mercado tecnológico irreal, más el efecto determinante, por exigencias de similar mercado, en la reapertura de minas a cielo abierto de la serranía cordobesa.

Los primeros experimentos para extrapolar estas maravillas a los humanos ya se producen, aún en fase de estudio y con destacables subvenciones estatales, en las secretas instalaciones de la OKA y la ICA, allá muy lejos. Los E. A. E. (Expertos Anónimos Enmascarados) vaticinan análogos resultados y prometedoras inversiones en el floreciente sector de la Esclavitud Virtual Voluntaria y la Teratogénesis Asistida. Gafas, pantallas, cencerros digitales, no-teléfonos y pezones inteligentes colapsan la irrealidad de nuestros miserables no-días. Una ya no sabe lo que... «¡Booom!».

(Fallo de sistema).

 ** Escritor

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