Diario Córdoba

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Carmen Martínez-Fortún

LA CURIOSA IMPERTINENTE

Carmen Martínez-Fortún

Tezanos y la objetividad

Una amó las matemáticas en su niñez. Recuerda el modo genial y modernísimo en que unas monjas humildes y estupendas le enseñaron los quebrados con regletas de colores y unas cuantas profesoras con auténtica vocación docente la acostumbraron a amar las ecuaciones.

Y luego, las cosas cambiaron. Se mezclan en su memoria infantil y feliz el lío de la teoría de conjuntos, las dificultades de la división, las potencias y la regla de tres, antes de que todo se torciera definitivamente con el advenimiento de la geometría espacial, cuando esta cabeza hueca, incapaz de orientarse ni entender aquellas figuras planas cuyos lados había que doblar para conseguir volúmenes, empezó a desdeñar la asignatura y a preferir las letras a los números, a los que antes había amado por ser exactos y perfectos y que no tenían culpa de nada.

Estudió estadística después y todavía entendía lo de la media aritmética, y aquello relativamente sencillo de la moda, la media, la mediana y el rango. Pero el resto lo recuerda como un magma incomprensible, cálculos complicadísimos y operaciones tediosas.

Disculpen los entendidos este acercamiento elemental a una ciencia tan seria, tan importante y tan trascendental. Una admira a las mentes matemáticas y reconoce la importancia de recopilar datos con total objetividad.

Conocer esos datos es esencial para evaluar los avances conseguidos. Y más esencial es aún analizarlos, interpretarlos y presentarlos. Por eso encuentra un drama al mismo tiempo que un enigma el comportamiento reiterativo del CIS, un organismo pagado con los impuestos de todos, y que una y otra vez interpreta los datos de modo distinto a todos los demás, tras haberse equivocado no una ni dos, sino 22 veces.

Dice Tezanos que el CIS vale por cuatro sondeos ajenos y que antes se coge a un mentiroso que a un cojo, -22 veces cojo parece mucho incluso para él- y que para qué va a mentir. ¿Para seguir en el cargo? Dos días antes había afirmado que Sánchez es un referente internacional y Feijóo un ignorante. Pues eso. Pura objetividad, imparcialidad y mesura.

* Profesora

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