Diario Córdoba

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José Antonio López García

El Domund nos conduce a la verdad

Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son una institución del Papa y de la Iglesia católica que cuida de las misiones católicas y apoya a los misioneros en su labor de evangelización. Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre (23-10-2022), el «mes de las misiones». Este año el Domund (domingo mundial) cumple 200 años al servicio de la misión. Es una jornada que tanto a creyentes como no creyentes no deja indiferentes, huele a pobreza, caridad y justicia, dignidad..., y puede ser también una verdad ante la que nos enfrentamos y nos ayuda a revisar nuestro compromiso cristiano y Derechos Humanos. «Seréis mis testigos» es el lema tomado de Jesucristo cuando envía a los discípulos a evangelizar, que este año se encuentra centrado por la guerra de Ucrania, sus muertes y destrucción de hogares y familia.

El Papa Francisco recuerda: «que hay muchas zonas en conflicto en el mundo como Yemen, Myanmar, Siria, África, que no entran en el imaginario colectivo «porque no son parte de la Europa cultivada» y ha manifestado que «las guerras olvidadas son un pecado», sin olvidar también la hambruna y muertes que ello conlleva. Y allá van los misioneros, a acompañar a estos excluidos, que no aparecen en las noticias ni estadísticas, ni tienen nombre, son no cosas, como voces sin cuerpo, excluidos, que no sirven al sistema que los desecha. Y es que como dice Jesucristo «misericordia quiero, que no sacrificios», reflexión fundamental sobre el mundo actual, un mundo de pobres y opulentos, víctimas y verdugos que necesita una urgente Evangelización y humanización, no con palabras sino acompañada del testimonio, una Teología de testigos, que no solo creen en Jesús, no mudo, sino que habla y lo conocen a través de los pobres, fuera de los cuales no hay salvación plena, pues ellos son la Gloria de Dios, decía San Oscar Romero.

Los pobres tienen autoridad doctrinal para decirnos cuál es la verdad última de las cosas pues la autoridad de los que sufren «a la que se debe obediencia», es también inapelable para la Iglesia. Jesús no solo está de parte de los pobres, sino que comparte con ellos la misma suerte, es una importante lección también para sus discípulos de todos los tiempos. Sus palabras «a los pobres los tienen siempre con ustedes» indican que su presencia en medio de nosotros es constante, y no debe conducirnos a una costumbre que se convierta en indiferencia, ni decir que son pobres porque quieren ni son responsables de su pobreza (ley de la meritocracia individualista), sino a involucrarnos en un compartir la vida. En definitiva, los creyentes, cuando quieren ver y palpar a Jesús en persona, saben a dónde dirigirse, los pobres son sacramento de Cristo, representan su persona y remiten a Él (Evangeli Gaudium). Esto significa Domund, misioneros a los que la Iglesia envía y ayuda para evangelizar y ser evangelizados, para invertir el curso de la historia.

* Licenciado en Ciencias Religiosas

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