Opinión | La clave

Comenzar de nuevo, al estilo Comaneci

No debe de ser fácil emigrar y convertirse en un inmigrante por necesidad. ¿Cuánto más difícil resultará salir de la noche a la mañana de casa, sin haberlo siquiera planeado o reflexionado antes? Hay personas que emigran porque no tienen nada en sus lugares de origen y, por lo tanto, nada pueden perder. Hay otros ciudadanos de países poco favorecidos que, con mucho esfuerzo, consiguen una buena formación y llegan a ocupar puestos que les permiten defender el día a día con relativa estabilidad. Sin embargo, cuando la vida les obliga a trasladarse a otro país, deben empezar de cero literalmente. Este último es el caso de Elena Nasaescu, vecina de Aldea Quintana (Córdoba) desde 2005, que nació en 1982 en la Rumanía comunista de Ceauşescu. «¿Dos hijos tiene usted? Pues le corresponden dos litros de leche para toda la semana?». Asimismo, recuerda como si no hubiesen pasado los años las coreografías que ensayaba con sus compañeros de colegio cuando iban a recibir la visita del dictador. Con el tiempo, aquella niña, que soñaba despierta, siempre en silencio, y que se imaginaba libre, se convirtió en maestra, ya en una Rumanía democrática llena de secuelas económicas y psicológicas. La sombra de los regímenes comunistas es alargada.

Quizás porque deseó con todas sus fuerzas llegar muy lejos, la vida tenía preparado para ella un viaje inesperado. Destino: España. Situación familiar: crítica, tras un grave accidente. Punto de partida: cero. En efecto, una llamada telefónica provocó que en pocos segundos saltase todo por los aires: su preparación, su carrera, su trabajo como docente con plaza de funcionaria en Rumanía y, en definitiva, su vida. Y volvió a empezar, apretó los dientes y le demostró al mundo que, aunque cayesen bombas, ella pensaba seguir luchando. Hace unos días, en la ceremonia de inauguración del curso 2022/2023 en la Universidad de Córdoba, Elena Nasaescu ha sido investida como Doctora en Ciencias Sociales y Jurídicas. Tras llegar a España habiendo dejado todo atrás, el único modo que encontró (y que se le permitió) de volver a ocupar el puesto que merecía fue empezar a construir su vida de nuevo, pues ni los cimientos se los convalidaron. Eso sí, el material que traía es de una calidad que a duras penas aquí se puede encontrar.

Espero que el ejemplo de Elena sirva para que los que lo han tenido más fácil dejen de generalizar sobre el perfil de aquellos que han nacido fuera. Ojalá España se llene de luchadores e investigadores como ella. ¿Cuántas veces es necesario empezar de cero y demostrar la valía de uno? Cuantas haga falta. ‘La multi ani’, Doctora Nasaescu, por haber alcanzado el 10 en sus dos vidas: al puro estilo Comaneci.

*Lingüista

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