Diario Córdoba

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José Antonio López García

Precariedad laboral, puerta de precariedad vital

Ante la Jornada Mundial del Trabajo Decente (7-10-2022) conviene analizar la situación española. La nueva reforma laboral que el Gobierno aprobó el 28 de diciembre de 2021 y que el Congreso de Diputados ratificó de forma accidentada a principios de este año, en vigor desde el 31 de marzo, contiene un diagnóstico de las principales debilidades estructurales del mercado de trabajo español. Reconoce que la tasa de paro y de precariedad en nuestro país duplica la tasa europea, que tenemos una menor productividad y una cultura de relaciones laborales basada en la competitividad, por la de la picaresca y el pelotazo .Ciertamente, el paro, la temporalidad y los sueldos bajos son los tres pilares sobre los que se fundamenta la precariedad laboral, una precariedad que, de rebote, supone la puerta de acceso a la precariedad vital.

Una puerta que para muchos, una vez cruzada, se convierte en una puerta cerrada y sin retorno, y para muchos otros, en puerta de entrada y de salida permanente del mercado laboral (en una versión distinta y paradójica de las famosas “puertas giratorias” de los privilegiados).En definitiva, la puerta a una precariedad que conduce una situación casi irreversible de pobreza y exclusión (último informe Foessa) observándose en la realidad que lo que genera en la mayoría es frustración y resignación, que anula la fuerza de transformación que podría tener como colectivo organizado Esto lleva a experimentar lo vulnerables que somos como personas, mas mientras que la vulnerabilidad es un elemento existencial común a todas las personas , y nos acompaña a lo largo de la vida , la precariedad tiene una repercusión sociopolítica fundamental. Esta dimensión sociopolítica de la precariedad podemos descubrirla en países similares de nuestro entorno, las cifras de la precariedad son muy distintas. Recordemos que la Reforma Laboral del Partido Popular, gravemente lesiva para los trabajadores y trabajadoras, y especialmente para la acción sindical, fue una reforma impuesta. Si la nueva Reforma Laboral, ayuda a dar mayor estabilidad por la contratación indefinida, en detrimento de la temporalidad y la parcialidad, la precariedad vital también disminuye. Se hace necesario además de unas verdaderas políticas activas de ocupación (PAO).

Las PAO, junto con unas leyes laborales que ofrezcan estabilidad, al lado de unos sueldos decentes, deberían acompañar a las personas que están en paro o viven la precariedad laboral, para estimularlas en la búsqueda de trabajo, en la orientación laboral y en la recalificación profesional. Además, sería necesario tener en cuenta las políticas pasivas de ocupación, aquellas que cubren a las personas que no trabajan por distintos motivos. Comparto la idea insistente del papa Francisco de que a las personas hay que darles, sobre todo, un trabajo decente con el que ganarse la vida y hacer una aportación a la sociedad. En este sentido, deberían entenderse como una inversión en las personas y no como un gasto. De la actuación política en el ámbito laboral y económico, en diálogo con los trabajadores y los empresarios en condiciones de igualdad, dependen millones y millones de vidas de trabajadoras y trabajadores. Que sean en condiciones precarias o en condiciones acordes a la dignidad de toda persona es lo que está en juego, tanto a nivel local como global.

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