Opinión | PARA TI, PARA MÍ

Córdoba, una Iglesia viva

El Evangelio no es una «cosa», el Evangelio es una vida vivida, el Evangelio es Jesucristo predicado por los apóstoles

El obispo de la Diócesis, Demetrio Fernández, ha escrito una extensa Carta pastoral, con el titulo ‘Córdoba, una Iglesia viva’, como pórtico programático del nuevo curso 2022-2023. Establece como tarea primordial, en este mundo concreto del siglo XXI en el que hoy vivimos, el mandato misionero del Señor: «Id y haced discípulos...». «Lo nuestro, subraya, es evangelizar. La Iglesia existe para evangelizar, nos viene repitiendo el magisterio pontificio y episcopal de manera insistente. El Evangelio no es una «cosa», el Evangelio es una vida vivida, el Evangelio es Jesucristo predicado por los apóstoles, transmitido ininterrumpidamente por la Iglesia en sus comunidades cristianas. El Evangelio es una forma nueva de vivir, que encuentra en los santos múltiples y variopintas tonalidades: en todas las edades de la vida, en todas las épocas de la historia han florecido preciosos testimonios de vida cristiana». Tras este comienzo clarividente de la tarea eclesial, el obispo afirma que «somos conscientes de esa «apostasía silenciosa» que vive la Iglesia en Europa, y por la que tantos contemporáneos nuestros se alejan de Dios y generan un ambiente de ausencia de Dios, donde muchos ya no lo han conocido nunca. Pero al mismo tiempo percibimos nuevos brotes de vida cristiana por todas partes». A lo largo de su Carta, el obispo va recorriendo los temas y los ámbitos principales que la Iglesia diocesana ha de afrontar en esta hora: «Primero, el momento especial de sinodalidad que impregna nuestra diócesis a todos los niveles, que nos pide mayor participación y corresponsabilidad de todos en todos los ámbitos. Segundo, el impulso a la juventud, de cara a la constitución de un Movimiento diocesano de jóvenes, con tres claros objetivos: el encuentro personal con Jesucristo, el descubrimiento de una Iglesia joven, y la respuesta personal a la llamada de Dios, a la propia vocación. Tercero, la preparación al matrimonio y la vida de familia que, en el plan de Dios, es la célula básica de la Iglesia y de la sociedad. Es urgente una pastoral del amor humano que desemboca en el matrimonio o en la vida consagrada. Cuarto, las visitas pastorales a las parroquias, momentos de gracia especial, tanto para el obispo como para los fieles. La Visita Pastoral es, sobre todo, un encuentro personal, pero es también una ocasión para poner a punto los inventarios, los libros del archivo parroquial, el nuevo programa de contabilidad, el estado de cuentas de todas las instituciones de la parroquia, etc. Quinto, poner a los pobres en el centro de la vida de la Iglesia, como nos recuerda tantas veces el papa Francisco. Sexto, atención a las vocaciones, que hemos de cuidar con todo esmero. Séptimo, preparación del Jubileo del Año 2025 para la Iglesia universal, con el lema: «Peregrinos de la esperanza». Octavo, estamos trabajando para que Osio de Córdoba reciba culto como santo en la Iglesia universal. Será para nosotros un gran regalo de la Providencia divina. Noveno, vivamos este curso pastoral «con los ojos fijos en el Señor». Décimo, invoquemos al Espiritu Santo, que nos aliente siempre bajo la protección de María Santísima». En apretada síntesis, estos son los temas y mensajes de la Carta del obispo, Demetrio Fernández, que iniciaba con tres importantes referencias: Al covid sufrido, que nos ha mostrado la fragilidad humana y la capacidad de solidaridad en situaciones extremas; a la inmersión de golpe en la tercera guerra mundial, en la que están en juego tantas guerras, y a nivel nacional, subraya el prelado, las «corrientes de pensamiento ateo y anticristiano, que influyen en el gobierno de la nación, presentan una cartera de leyes que llaman progresistas y están impregnadas de una ideología que choca frontalmente con la concepción cristiana del hombre y del mundo».

** Sacerdote y periodista

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