Nos duele y preocupa la deriva hacia el extremismo. Nunca será bueno para los pueblos del mundo las ideologías basadas en la exclusión, el integrismo y los pantalones bien puestos con tirantes. Es sorprendente defender la unidad de la patria golpeando a tus convecinos, tan tuyos como el que más. Qué triste carrera por defenestrar el diálogo y la inteligencia que se le presume a estos mediocres aupados al poder.
Recuerdo aquellos años de una agitada ilusión por construir un mundo participativo y comprometido de todos con todos para acabar con la indiferencia en los asuntos de la res pública. La cosa de todos, un compromiso con la Democracia, la participación ciudadana y las políticas de oportunidad e igualdad. La fuerza de aquellos jóvenes de Vientos de Pueblo, de Guadalgenil, de Orígenes procurando abrir ventanas, sacar historias, montar exposiciones, mesas redondas, conferencias, articular asociaciones para la libertad y un nuevo tiempo. Cuántas horas dedicadas a editar un periódico, montar una revista, imprimir unas octavillas, procurar una emisora de radio, crear espacios de comunicación y defensa de un sistema que debería llevarnos al desarrollo pleno de una sociedad más justa.
Estamos preocupados. La deriva ideológica basada en la mentira y en la angustia ahoga la verdad. Quien nos ha visto y nos ve, en este teatro de la confusión, donde los extremistas se visten de moderados, los moderados deben pedir perdón por ser progresistas, los radicales son la voz del pueblo y el compañero de viaje está preocupado por la marca. Espantoso ver, leer y escuchar a expertos en protocolos convertidos en expertos en economía social. Los ricos liberados para ayudar a los pobres, los pobres sin saber cómo pagar el recibo de la luz, las familias ajustando las cuentas día a día. Dios mío espero no contribuir a la dialéctica radical.
Y mientras tanto, lloramos por jóvenes que no quieren ir a una guerra que nunca fue suya; e Italia volverá a cantar de Bella Chiao y España, mi querida España necesita una regeneración. A la política se debe ir a servir, cual monjes franciscanos. Seguimos procurando el asociacionismo. Nos mires hacia otro lado, esto es muy serio.
