Diario Córdoba

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Ruth Ferrero-Turrión

tribuna abierta

Ruth Ferrero-Turrión

Reino Unido ‘fin de siècle’

La muerte de la reina Isabel II, persona que más estabilidad proporcionaba, cierra un ciclo en la historia del Reino Unido

El año 2022 se está convirtiendo en uno de esos años en lo que todo sucede. Casi con toda seguridad será recordado por inaugurar el fin de una era y el comienzo de otra. La desaparición de figuras como Gorbachov e Isabel II así nos los recuerdan. Se cierra así un periodo en el que el mundo se articulaba sobre un orden liberal multilateral, dividido durante la Guerra Fría, que vivió un periodo de globalización feliz del que ha despertado ahora bruscamente y al que parece complicado que se pueda regresar.

Estos días dos Elizabeth están llenando las portadas de los periódicos. La primera, la reina más longeva que ha tenido el Reino Unido y, probablemente, el mundo y la persona que más estabilidad proporcionaba a un país que, desde hace años se descompone por momentos. La segunda, es la nueva y flamante primera ministra Elizabeth Truss, la tercera mujer en acceder al cargo, la primera en tomar posesión en las tierras escocesas de Balmoral, la cuarta mandataria tory en apenas siete años, la única que comparte nombre con la monarca y la última de los primeros ministros, un total de 15, nombrados por Isabel II en uno de los reinados mas longevos de la historia. Pero también, parte de la clase política que ha sumido al Reino Unido en la incertidumbre durante los últimos años.

Inspirada por su admirada Margaret Thatcher, ha conseguido vencer en una reñida disputa interna a Rishi Sunak, el favorito de los diputados tories. Sin embargo, lo cierto es que, anécdotas aparte, Truss, al igual que los otros tres primeros ministros que la han precedido durante los últimos años (Cameron, May y Johnson) casi con toda certeza no va a dar respuestas a la crisis institucional, política, económica y territorial por la que atraviesa el Reino Unido, de la que no remonta desde hace más de diez años y que ahora se ve agravada como consecuencia de los efectos económicos de la guerra en Ucrania y que aboca a un partido tori sin recursos ni en sus liderazgos ni en sus discursos a adoptar posiciones a todas luces populistas. Así, apelan a un tiempo pasado que consideran mejor, cuando el Reino Unido presumía de gran potencia global, unos tiempos que, pese al impulso que intentan darle desde el partido conservador, no volverán, pero así se lo hacen creer a una buena parte de la sociedad británica machacada por las políticas neoliberales de los ochenta, que redujeron a cenizas a las clases medias británicas como muy bien narra Owen Jones en su ya clásico ‘Chavs’.

Truss tiene sobre la mesa cuestiones perentorias que no se resuelven poniéndose el mítico traje azul de Thachter y que, en buena medida se derivan del Brexit y de un contexto internacional complicado. Así, tendrá que lidiar con una de las crisis más importantes del país con una inflación disparada y en riesgo de recesión, como consecuencia del Brexit, del que ahora se empiezan a sentir sus verdaderos efectos. Por si esto no fuera suficiente, también habrá de gestionar una profunda crisis territorial que se libra en dos frentes, la potencial reunificación irlandés y la independencia escocesa. Y además, queda abierto el frente con Bruselas que mira boquiabierta ante determinados discursos procedentes de Londres.

En estas circunstancias nos encontramos con la paradoja de que Truss ha llegado a poder gracias a un discurso neothacheriano y posibilista que abogaba por la supresión de impuestos y otras medidas neoliberales de manual, y, sin embargo, su primera medida como primera ministra ha sido el lanzamiento de un plan de 115.000 millones para congelar la factura del gas y de la luz a los ciudadanos británicos. A estas alturas, el neoliberalismo ya no lo aplican ni los más neoliberales.

La muerte de la reina Isabel cierra un ciclo en la historia del Reino Unido. Un país arrasado por los efectos del Brexit, cada vez con un rumbo más errático que no deja de escupir líderes que solo tienen como objetivo político alcanzar el poder a toda cosa, y Elizabeth Truss es la más fiel representante de este modelo.

* Profesora de Ciencia Política en la UCM e investigadora sénior en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI)

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