Diario Córdoba

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Jose Manuel CuencaToribio

HISTORIA EN EL TIEMPO

José Manuel Cuenca Toribio

Otro curso…

La clave de la docencia en sus primeros grados son los maestros y profesores

Un curso más en el que las anchas aljabas de ilusiones, esperanzas, proyectos, planes y ensueños de niños y jóvenes se encuentran bien abastadas, a la espera de realizarse parcial o completamente en el año escolar que ahora da sus primeros pasos ante la temblorosa expectativa de las generaciones sobre las que dentro de unos lustros recaerá la responsabilidad de continuar la historia del gran país aún denominado España. De ahí la trascendencia suma de que aquellas no se vean defraudadas por la inepcia, frivolidad o sectarismo de los sectores sobre los que recae el imperativo deber de articular una convivencia que facilite el alcance de tan ineludible meta.

¿Semejan hoy los dirigentes políticos estar muy concienciados de sus ineludibles obligaciones en la materia? La Sra. ministra de Educación, perteneciente a una de las elites intelectuales más radicalizadas de la nación como es la aragonesa -en abierto contraste, «¡oh paradoja», con la del PSOE de la misma región, desde ha largo tiempo rectorado por personalidades bien templadas y reluctantes a los maximalismos-, se ofrece a la fecha como pedisecua continuadora de su célebre antecesora la Sra. Celaa, al frente en estos momentos de la embajada española ante la Santa Sede. Sus decisiones y, muy singularmente, sus declaraciones contra la enseñanza privada no se hallan a menor altura de decibelios altisonantes de las que antaño pronunciara la muy pugnaz y plutocrática ministra bilbaína. De igual manera, un gran número de sus colaboradores principales en las tareas de gobierno no ahorran ataques y, a las veces, hasta denuestos contra sus adversarios en el Parlamento y en los gobiernos autonómicos encabezados por el PP.

Estos, de su lado, con moral no demasiado resiliente, se muestran favorables a esperar el desarrollo de los acontecimientos en el tenebroso otoño que auguran las encuestas de todas las tendencias. Lógica y comprensiblemente, el referido panorama -que podía entenebrecerse aún más en los próximos meses, pero que no cabe ver como ineluctable- determina que reparemos en el elemento básico, la pieza clave de la arquitectura docente en sus primeros grados: maestros y profesores. Y, venturosamente, en dicho terreno casi todos los datos invitan al optimismo. Ello le ha sucedido -y va de anécdota personal por ser el campo más próximo de experiencia del anciano cronista- al articulista con la fruitiva lectura de un libro único: ‘La razón en marcha’, de Fred Copeman (Sevilla, 2022). Sus impecables y deslumbrantes traductores y editores, D. Luis Arias González y D. J. Luis Martín Rodríguez, son dos reputados catedráticos de Enseñanza Secundaria, que poseen en su haber un amplia y, en especial, descollante bibliografía sobre la fastuosa literatura inglesa del muy fecundo periodo de entreguerras (de magnificencia superior, según es harto sabido, al otro lado del Canal).

El que, tras el cumplimiento estricto y, en más de una ocasión, hasta sobrado de su deberes y tareas profesionales hayan coronado una obra de tan elevado y alquitarado velamen solo puede llamar a la esperanza más plenificante en porvenir inmediato de innumerables ejemplos como el suyo, sembrados a lo largo y ancho de nuestra entrañable geografía. (El libro lo constituyen esencialmente las enjundiosas memorias de un destacado miembro del Batallón Británico de las Brigadas Internacionales, así como episodios relevantes de la Segunda Guerra Mundial).

* Catedrático

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