Diario Córdoba

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Carmen Martínez-Fortún

la curiosa impertinente

Carmen Martínez-Fortún

Gente que no es gente

«No hubo allí nadie que preguntara cómo iba a pagar la luz o a quién le parecía mal la subida asfixiante del aire acondicionado»

La campaña de reconducción de la desafección, tras el período dedicado a los insultos a Feijóo para caldear el ambiente, comenzó con un acto en la Moncloa en el que comparecieron 50 personajes no tan anónimos, pues algunos no era la primera vez que estaban allí y otros eran incluso miembros del partido.

Contesta a las críticas un chulesco Patxi López, ofendido por ese malpensar tan destructivo, pues, elegidos al azar en la calle medio centenar de personas, resulta imposible que no haya simpatizantes socialistas. Debe de resultar imposible también que el presidente conociera las preguntas que se le iban a hacer, y fue por su clarividencia sapiencial por la que llevaba preparadas las respuestas e incluso una sorpresiva ley, por la que, gracias a su magna voluntad y a su extrema sensibilidad social, las empleadas -tal vez añadiera empleados aunque no lo oí- de hogar cobrarán a partir de ahora el subsidio de desempleo.

Una nunca ha entendido por qué este colectivo no lo cobraba, le parece muy bien la decisión, pero le gustaría leer la letra pequeña, y si va a ser la maltrecha economía de las familias de clase media, que no son dcaresdcarmen luego empresas que naden en la abundancia y suelen contratar ese servicio para poder atender a sus responsabilidades laborales o a sus familiares enfermos o ancianos, la que va a cargar con el grueso de esos costes, pues puede que entonces la medida tenga un efecto disuasorio de una contratación complicada y costosa. Y más en los tiempos que se avecinan.

No hubo allí nadie que preguntara cómo iba a pagar la luz o a quien le pareciera mal la subida asfixiante del aire acondicionado en plena ola de calor. Tampoco ningún representante de quienes no pueden escolarizar a sus hijos en castellano porque en España la ley se cumple en algunos lugares sí y en otros no. Padre ni madre alguno se quejó porque se permitirá a sus hijas menores abortar sin que ellos se enteren. Al fin y al cabo, este es el gobierno de la gente, y ellos,- y otros muchos- aunque como a Shylok, si les pinchan sangran, no son gente. Para Sánchez.

*Profesora

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