Diario Córdoba

Diario Córdoba

Ricardo Crespo

COLABORACIÓN

Ricardo Crespo

El legado de Gorbachov

En su libro ‘Perestoika’ afirmó que la suya era una revolución desde arriba

Mihail Gorbachov se propuso cambiar la URSS. Sus dos principios se basaban en la Perestroika y la Glasnost. En su libro ‘Perestoika’ afirmó que la suya era una revolución desde arriba, iniciada y dirigida por el PCUS, cuyo fin no era abandonar la economía planificada y permitir el paro, sino fortalecer el sistema y potenciar el principio de la revolución socialista. Es decir: el poder no debía ser tan solo para el trabajador, sino ejercido por el trabajador.

¿Pero es que no era eso lo que allí se vivía? ¿Iba a renovar la revolución desde arriba dirigida desde el partido? ¡Eso significaba que la revolución retrocedía! ¡Que no estaba en poder del trabajador! Ahí se desveló en qué se habían convertido los soviets: pura inoperancia, y que quienes querían la reforma capitalista tenían el camino sembrado y acabarían abortando la ‘perestroika’ y la ‘glasnost’, como así sucedió. Apenas tuvieron que pegar un tiro. Bastó con que el borracho Yelsin se subiera a un tanque frente a La Duma para consumarse el golpe de Estado. Cuando yo leí ‘Perestroikia’ y vi que la Thatcher y Reagan y Pablo VI le aplaudieron las reformas, me dije: o este es un iluso o miente o nunca antes nos dijeron qué era el marxismo.

Perdonen. ¡Había tantos ingenuos! Creían que el marxismo era, más o menos, la abolición de las clases sociales y, en consecuencia, del pluralismo político; la abolición de la propiedad privada y, en consecuencia, una economía planificada en manos del Estado hasta su disolución; la victoria revolucionaria del proletariado sobre la burguesía y, en consecuencia, la síntesis de la antítesis histórica, la dictadura del proletariado por y para el proletariado; y todo ello para alcanzar esa utopía marxista que está más allá del ‘imperativo categórico’ de Kant y de la doctrina del ‘amor al prójimo’ de Cristo, es decir: ‘A cada uno según sus necesidades; de cada uno según sus posibilidades’. Y si no era esto, ¿a qué meternos tanto miedo y tantos en la cárcel?

Cuando llegó Gorbachov al poder dejó caer la URSS, se arrió la bandera roja del Kremlin y Rusia avanzó hacia el capitalismo tras un proceso traumático: el PIB descendió en una década un 70%; el paro antes inexistente alcanzó cifras de vértigo, las desigualdades se abrieron en abismo, la esperanza de vida cayó a la del tercer mundo, la destrucción del sistema educativo fue total, etc. En suma, para el mismo Solzhenitsyn la caída de la URSS significó el mayor expolio de la historia de la humanidad. Quería decir el escritor anticomunista que la nomenclatura se apropió, en 80 días de transición crapulosa, de la riqueza creada durante 80 años por el pueblo soviético. El expolio fue tal que fábricas de miles de empleados se vendieron por un rublo.

Para no cansar al lector, que estará al tanto de la situación política en estos momentos, este chiste lo considero apropiado: son dos rusos que se encuentran y uno le dice al otro: «¿Sabes que lo que nos contaba el PCUS sobre el comunismo era mentira?». Y el otro le responde: «Lo peor no es eso. Lo peor es que lo que nos decían del capitalismo era verdad».

Gorbachov ha muerto.

Compartir el artículo

stats