Opinión | Escenario

Talasoterapia

«Las personas de la costa tenían mejor salud»

Consiste la talasoterapia --del griego thálassa, mar, y therapeía, tratamiento-- en el uso terapéutico de los baños o del aire del mar. Desde tiempos muy antiguos se ha tomado en consideración el papel vivificante y fortalecedor del mar; no tenemos más que observar la estrecha relación con él de los dioses y héroes homéricos. En todas las épocas, salvando la Edad Media, poco dada a relacionar la salud con la profilaxis y con las costumbres higiénicas, los médicos han respetado y divulgado el poder curativo del mar, cuya simple contemplación, unida al rítmico sonido de las olas rompiendo en la orilla, tiene efectos relajantes.

Los baños con agua de mar se recomendaban casi para todo: alteraciones nerviosas, enfermedades de la piel, problemas cardíacos y respiratorios... Era un hecho que las personas que vivían en zonas costeras tenían mejor salud. El mar estaba especialmente indicado para los niños, sobre todo para curarles la inapetencia o para acortar la convalecencia de alguna enfermedad sufrida anteriormente. Vamos que, al menos de puertas para fuera, las estancias en la costa no parecían aportar divertimento. Cuando mi hermana y yo éramos pequeñas, el pediatra que nos atendía en Málaga, aconsejó a mi madre que no nos duchase inmediatamente después del baño; así las sales contenidas en el agua quedarían sobre nuestra piel, donde liberarían sus benéficos efectos. Menos mal que para entonces ya había pasado la moda que imperaba en la generación de mi padre, que contaba, todavía estremecido, que cuando su familia preparaba unos días en la playa, lo primero que hacía su madre era purgarlos a él y a sus dos hermanos con aceite de ricino, ya que los baños serían más efectivos si, además de por fuera, estaban muy limpios por dentro. También creo recordar algo acerca de si los baños tenían que ser pares o impares.

Actualmente, los balnearios relacionados con el mar viven una segunda edad de oro. Sus terapias no sólo se basan en el uso del agua, caliente o no, sino que incorporan tratamientos y masajes con productos formulados a base de algas, barro, arena, sales... Comparo toda esta teoría con el jaleo que se monta en algunas playas, con gente corriendo arriba y abajo para coger sitio cerca de la orilla. Y la normativa que hay que obedecer para permanecer allí, bajo pena de las correspondientes multas. Eso no es talasoterapia ni es nada.

*Escritora. Académica

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents