Diario Córdoba

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Carmen Galán Soldevilla

TRIBUNA ABIERTA

Carmen Galán Soldevilla

Paseando por Córdoba durante el estío

La gran mayoría de especies de floración primaveral se encuentran ya en proceso de maduración de sus frutos

En nuestros jardines y paseos, son varias las plantas que florecen durante la primavera tardía o inicios del verano, como el árbol de júpiter (’Lagerstroemia indica’), que en estos momentos da colorido a muchos de nuestros espacios urbanos. Sin embargo, la gran mayoría de especies de floración primaveral se encuentran ya en proceso de maduración de sus frutos que, en muchos de los casos, no son carnosos, a excepción de naranjos, limoneros o nísperos. Esta circunstancia los suele hacer menos llamativos y, por tanto, pasan desapercibidos.

Sin embargo, si prestamos un poco de atención durante nuestros paseos estivales, tendremos la oportunidad de aprender a distinguir distintas formas que permiten identificar a individuos de diferentes especies a través de caracteres que no son por su porte o por sus tipos de hoja, que en algunos casos son muy similares. Un ejemplo son los árboles de hoja dividida de tipo pinnada (del latín pinnatus con alas o aletas), muy parecidos los unos a los otros, pero que pueden diferenciarse durante el estío por la forma de sus frutos. Tomemos como ejemplo a las «falsas acacias», árboles llamados así porque la forma de sus hojas recuerda a la de las acacias. En nuestra zona crecen tres especies diferentes, pertenecientes a la familia leguminosas, que a veces son presentadas con nombres que hacen referencia a otras características, como acacia blanca, de origen norteamericano, con una legumbre muy comprimida y aplanada; sófora, de origen asiático, con legumbre de aspecto de rosario; o acacia de tres espinas, de origen norteamericano, con legumbre algo curvada o retorcida.

Otros árboles con hoja pinnada pertenecen a otras familias botánicas, es el caso del fresno, una oleácea de origen mediterráneo, que presenta fruto sámara con vaina alada alargada; arce, de la familia sapindáceas y de origen norte y centroamericano, con un fruto sámara en forma de uve; tipuana, de la familia fabáceas y origen sudamericano, con legumbre alada, pero de aspecto sámara; y jacaranda, de la familia bignoniáceas y origen sudamericano, en este caso con fruto de tipo castañuela.

Con lo anterior, tratamos de poner de manifiesto que la mayoría de los árboles en estos espacios verdes urbanos pertenecen a especies exóticas de hoja caduca, las hojas se desprenden del árbol de forma simultánea durante el otoño, retoñando en primavera.

La mayoría de nuestras especies arbóreas se comportan como perennifolias, excepto en zonas de ribera u otras zonas con disponibilidad estacional de agua, desprendiéndose las hojas de forma paulatina a lo largo del año, no llegando a caer hasta que estas han sido reemplazadas en sus ramas, por lo que las copas mantienen su verdor durante todo el año y, de esta forma, evitan el gasto energético que supone el proceso de retoño que sufren las especies caducifolias.

Sin embargo, las especies exóticas de hoja caduca predominan en nuestros espacios verdes urbanos, ofreciendo durante la primavera y verano un ambiente fresco y sombrío, al tratarse de árboles de un porte más alto, con un amplio tamaño de sus copas y por la presencia de nuevas hojas resultado del retoño primaveral. Por este motivo, estos árboles facilitan la vida al aire libre, ya sea a través de actividades lúdicas, de salud, especialmente para la salud mental, y ¿por qué no? para actividades educativas, aun cuando las temperaturas llegan a ser superiores a la normalidad.

Por lo tanto, es importante destacar el papel que juegan los espacios verdes urbanos, y la arboleda en calles y avenidas, en todos los barrios de Córdoba para que todos los ciudadanos podamos compartir este disfrute en nuestra calidad de vida al aire libre.

** Catedrática de Botánica, Universidad de Córdoba

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