Diario Córdoba

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Manuel Muñoz Rojo

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Manuel Muñoz Rojo

Teatro

Durante estos días, en su calendario tradicional de verano, se celebra la Feria de las Artes Escénicas de Palma del Río, la feria de teatro del Sur, la feria de Palma del Río. Todo un evento cultural consolidado con treinta y nueve ediciones. Los espacios teatrales vuelven a reunir a programadores, instituciones y público. Una sólida relación que ha sobrevivido a la plural representación de los partidos políticos en la administración del Gobierno de España, de la Junta de Andalucía, de la Diputación de Córdoba y de las corporaciones municipales. Cuatro alcaldes han dado todo y más para sacar adelante las ediciones desde 1983. Y al frente, desde el primer momento, Ramón López. La vida en esta ciudad es puro teatro, desde la representación diaria a la intensa concentración de obras durante cuatro días.

El teatro cuenta con una larga tradición en la ciudad palmeña. A finales del siglo XIX, funcionaba un teatro permanente en el desamortizado convento de Santo Domingo. El inmueble número 2 lo ocupaba la instalación teatral de Rufino Benito Pérez, un señor llegado desde Soria y enamorado de las artes escénicas, de su señora Argimira Rodríguez y de la política local de la Restauración. Este propietario fue concejal y durante un breve tiempo alcalde. Según la crónica de la ‘Guía de Córdoba y su provincia’ era un teatro permanente por donde pasaban las compañías ambulantes decimonónicas.

A principios del siglo XX, y con la llegada del cinematógrafo, un joven médico, liberal y masón, Miguel Jerez, hijo del alcalde republicano Miguel Jerez de los Ríos, montó el Salón Jerez en la calle José de Mora. Un salón para cine, cante y teatro. Durante décadas fueron muchas las obras que se representaron por jóvenes artistas palmeños. Compañías ambulantes y grupos de aficionados representaban teatro clásico, comedias y género ligero y simpático con un repertorio de autores del joven siglo. Allí, estreno Mariano Aguayo Bernuy en 1935 su obra ‘¡Al tiempo, tía Ana... al tiempo! ‘. Una comedia de costumbres andaluza.

En 1962, las murallas de Palma fueron el marco elegido para la representación de Antígonas. Los primos Miguel Higueras como Creonte y Hemón estuvieron sensacionales, así como el amplio repertorio de actrices, actores, coros, extras, montaje, sonido, iluminadores, vestuario y un público entregado. Poco tiempo después, el teatro del Colegio Salesiano será una escuela de aprendizaje de jóvenes inquietos que durante la transición democrática impulsan la feria de teatro.

** Historiador y periodista

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