Diario Córdoba

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Desireé de Fez

EL TRIÁNGULO

Desirée de Fez

Volver a Von Trier

Filmin anunció hace unos días que, en julio y agosto, reestrenará en cines, en diversas ciudades españolas, 14 películas de Lars Von Trier. La propuesta es similar a la que hizo Avalon el pasado año con otros dos cineastas clave: Wong Kar-Wai y David Lynch.

Desde que se anunció, varias personas cercanas han compartido en redes o me han comentado la mezcla de ganas y de curiosidad –también el punto de miedo– de volver a ver en el cine películas que les impresionaron mucho, que les afectaron, en su momento. Solo como curiosidad, la mayoría de esos recuerdos cinéfilos tienen que ver con dos películas: Rompiendo las olas (1996) y Bailar en la oscuridad (2000). Por lo extremo de la mayoría de sus propuestas, estoy convencida de que Von Trier no es uno de los cineastas más descubiertos y revisados desde la comodidad del sofá. Hay mil espectadores distintos, pero creo de verdad que hay que estar preparado para hacerse un ciclo de sus películas en casa. Descubrirlas o volver a verlas en cine, además de una oportunidad, es una puerta abierta a enfrentarse a planteamientos y cuestiones profundas que, por el estrés ante la saturación de propuestas, hemos olvidado los últimos años. O que hemos tanteado y expuesto de un modo un tanto superficial y titubeante. Se me ocurren al menos dos. Uno es cómo se miran determinadas películas con los ojos del presente. Tanto si nuestra postura habitual es considerar que hay que entenderlas en su contexto, que no hay contexto que valga ante determinadas decisiones o una mezcla de ambas cosas, Von Trier nos va a hacer dudar. Nos va a hacer dudar hasta de nosotros mismos. Otra es la cuestión de la representación de las emociones y de los estados de ánimo más extremos, incluso imposibles de soportar, en el cine. La obsesión por localizar el tema de las películas ha bloqueado el análisis de esa dimensión de las películas, y Von Trier vuelve a las salas para devolvérnosla con la clarividencia y la aflicción que le caracterizan. Poder, hoy por hoy, ver o volver a ver las películas de Von Trier en una sala es aún más importante de lo que parece.

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