Diario Córdoba

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EL TRIÁNGULO

Carmen Lumbierres

Saber ganar, aprender a perder

El entrenamiento es fundamental para manejar cualquier disciplina, y los que ayer ganaron en Andalucía llevaban 40 años perdiendo con la única excepción de las elecciones de 2012, con Javier Arenas encabezando el proyecto popular, y que tampoco gobernó por el acuerdo PSOE- IU. El ganador absoluto ha conocido bien lo fácil que es que la pelota caiga en tu propio campo por un error no forzado. Ascendió a la presidencia del PP andaluz con la oposición de la entonces secretaria general, María Dolores de Cospedal, y gracias al apoyo de Soraya Sáenz de Santamaría, con la que a su vez perdió en el Congreso nacional del partido en 2018. El siempre amenazante adelanto electoral en Andalucía hizo que Pablo Casado lo mantuviera como candidato, antes de que el trágico destino hiciera que fuera Casado mismo el que saliera del partido. Ascenso y caída de los altares con igual rapidez. Moreno Bonilla resistió y se convirtió en el principal aliado de Núñez Feijóo. Ahora es el barón más poderoso del Partido Popular, vigilado de cerca por una líder que subió tan rápido como el anterior presidente nacional y aupada por él, de la que es difícil predecir cuándo será su caída pero no que lo hará de una manera abrupta.

El renovado presidente andaluz agradeció la noche de la victoria a sus jefes, los ocho millones de andaluces, en un ejercicio de comprensión de lo que es el ejercicio público y de quién desempeña la titularidad del poder. Mantener ese tono en una mayoría absoluta requerirá también de un ejercicio de contención añadido a una biografía de perdedor. Perder como una gran virtud, que muchos no han encajado bien este fin de semana. Macarena Olona sigue instalada en su paraíso particular, vacío de autocrítica, pensando si huye de su querida Andalucía para volver a la política nacional porque además de soldado es hija de Dios y desconoce los designios que le tiene encomendados. Hemos estado a un paso de que esta candidata fuera la vicepresidenta andaluza, y no, no ha sido gracias al resultado de Adelante Andalucía, por mucho que Teresa Rodríguez se alegre de haber pinchado el globo de la extrema derecha, mientras siguen repartiendo responsabilidades con Por Andalucía para encontrar la razón de la debacle.

Adriana Lastra no conjugó tampoco acertadamente la derrota, recordando los ingentes recursos que el Gobierno de Pedro Sánchez había destinado a esa tierra para hacer frente a la pandemia, es de esperar que el propio presidente haya leído con más acierto los resultados. Quien felicitó a los ganadores, agradeció el apoyo recibido estos años y cerró la puerta con elegancia fue Juan Marín, la penúltima puerta de Ciudadanos.

* Politóloga

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