Diario Córdoba

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PASO A PASO

Francisco Dancausa

Votar

«Hubo tiempo en que no sólo no votaban las mujeres, sino algunos hombres opulentos»

Los andaluces tenemos encima las elecciones autonómicas y ya se vienen meciendo esos vientos populares y electorales en corrillos y encuentros ciudadanos íntimos, y a veces hasta no tan íntimos, con la típica pregunta incluida de tú a quién vas a votar. Desde el punto de vista partidista o electoralista podría ser una pregunta ilustrativa, pero desde el ámbito de la sociología la primera pregunta tal vez debiera ser si usted va a votar. Es decir, que si el día del plebiscito va a acudir a las urnas a ni más ni menos que ejercer su voto. Este es uno de los primeros ejercicios éticos democráticos. O dicho de otra manera. Es una obligación ética votar. Tal vez eso del sufragio universal pudiera parecer que es algo inalienable a los estados democráticos, pero sobre todo para los que no lo sepan o recuerden eso de que pudiéramos votar todos, es decir, hombre y mujer y todas las clases sociales no se ha producido siempre. Hubo tiempo en que no sólo no votaban las mujeres, sino algunos hombres, sobre todo aquellos que pertenecían a cierta minoría opulenta y claramente diferenciada de las masas populares en términos educativos, sociales o económicos. Es lo que se llamaba en aquellos tiempos el sufragio censitario que restringía los derechos electorales. Pues bien, no es que estemos hoy en plan abuelo cebolleta, sino que conviene justipreciar de alguna manera el logro de ciertos derechos ciudadanos, en este caso el voto para que recordemos su gran valor como instrumento de progreso humano. Y todo esto viene a converger en un punto fundamental: y es el de animar a votar cuanto toque. Por supuesto, lo que cada uno considere como debe de ser, pero votar. Que es lo mismo que decir participar en todo lo que una democracia pueda aportar de bueno a nuestro futuro.

*Mediador y coach

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