Diario Córdoba

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Luis Palenzuela

Quien siembra, recoge

Los que creemos profundamente que la salud de una comunidad pivota sobre una Atención Primaria de calidad, observamos con gran preocupación algunos datos sobre la última adjudicación de plazas MIR 2022 y que reflejan una situación alarmante. Al llegar al 50% del global de las plazas ofertadas, (8.188) solo habían sido seleccionadas el 8% de las 2.336 plazas ofrecidas de Medicina Familiar y Comunitaria y, al final de todo el proceso de adjudicación, han quedado vacantes alrededor de 200 de las plazas previstas para esta especialidad, cerca del 9%. Estas cifras reflejan lo que venimos denunciando desde hace tiempo: la pérdida de valor de una especialidad deteriorada, desprovista de identidad, que no la hace atractiva a pesar de sus enormes posibilidades como disciplina altamente gratificante desde el punto de vista profesional e indispensable en un sistema de salud de un país avanzado. Esta dramática situación, repito, dramática, es fruto de un deterioro consentido, arrastrado desde hace décadas, que ha llevado a la falta de profesionales, con reposición a todas luces deficitaria, a la falta de medios para llevar a cabo una medicina en Atención Primaria de calidad, moderna y resolutiva, a una falta secular de financiación, a unas condiciones laborales en ocasiones indignas, etcétera.

Este panorama es lo que perciben los alumnos de nuestras Facultades de Medicina cuando rotan por nuestros centros de salud y lo que viven los MIR (médicos en formación especializada) cuando adquieren experiencia y formación en ellos. Si malo es no tener profesionales especialistas por falta de previsión, mucho peor, extraordinariamente peor, es que el ya deficitario número de plazas que se ofertan no se escojan por falta de aliciente de una especialidad cuyo futuro carece precisamente de este.

* Médico de Atención Primaria. Vicepresidente primero del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Córdoba

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