Diario Córdoba

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María Olmo

LA RUEDA

María Olmo

Los 15 días de terror de Juanma

Bueno, ya quedan dos menos, tres cuando termine este domingo. Quince días de una campaña electoral en la que, cuando empieza, parece que todo el pescado está vendido, que el candidato del Partido Popular, Juanma Moreno, se acerca a una mayoría respetable y que lo importante ahora para él es no meter la pata. Que no venga una Isabel Díaz Ayuso a distorsionar el mensaje de moderación -a lo que parece, no vendrá-; que no salgan a relucir dinosaurios ocultos de una gestión que no puede ser perfecta; no entrar en las seguras provocaciones de la candidata de Vox, Macarena Olona, para no darle ni agua -tampoco ofenderla mucho, vaya a ser que haya que pactar-; hacerle el menor sitio posible al candidato del PSOE, Juan Espadas, para que siga siendo poco conocido y para no movilizar al electorado socialista; darle sitio a Teresa Rodríguez, para que el voto a la izquierda de la izquierda se reparta entre Adelante Andalucía y Por Andalucía, de forma que la confluencia que encabeza Inmaculada Nieto no avance (y lo veremos mañana en el debate que se celebrará en TVE); comerse a todo el electorado posible de Ciudadanos, que está teniendo especial dificultad para «entrar» en campaña, con un Juan Marín que se lo juega todo en Sevilla y una Rocío Ruiz que pelea en Cádiz.

Están, digo, las encuestas. Varias en las últimas semanas, y todas, incluida la del CIS, con la misma orientación: amplia mayoría para el PP, un PSOE que se mantiene pero que no sumaría con Por Andalucía, Vox subiendo, pero no tanto, Cs al filo de la irrelevancia y Teresa Rodríguez manteniendo al menos su escaño. Las porras en las redacciones son muy simples: «Mayoría absoluta sí, mayoría absoluta no». Un terreno quebradizo a casi dos semanas del 19J.

Así que la campaña electoral, que se diría ya celebrada por la agenda que han mantenido los partidos desde que se convocaron las autonómicas, se puede convertir en un escenario de terror para Juanma Moreno, ganador de todas las encuestas y el que más tiene que perder. Porque, aunque se dé todo por jugado, no es así. Cualquier gesto, cualquier polémica, escándalo o metedura de pata, puede dar lugar a un vuelco, pequeño o grande, y aunque parece que esta campaña electoral le importa un pimiento a la gente de la calle, nunca se sabe. Así que unos candidatos se tirarán al río, a nadar contra corriente para mejorar sus expectativas, otros pescarán en el ídem revuelto, y el PP, o la «marca Juanma», tendrá que arreglárselas para nadar hacia los electores socialistas en busca de los escaños que le faltan, y guardar la ropa para no engordar a Vox. La campaña de la sonrisa y la moderación puede ser también terrorífica para sus protagonistas.

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