Diario Córdoba

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Manuel Piedrahíta

OTAN: primero no, después sí

«Del eslogan ‘de entrada no’ participaban jóvenes y no tan jóvenes socialistas con el complejo antiamericano»

Fui testigo, primero en Madrid (1981) del «No» de Felipe González a la OTAN y más tarde en Bonn (1984) del «Sí» ya siendo presidente; al contrario de Leopoldo Calvo Sotelo, que en su discurso de investidura se mostró partidario del unívoco «Sí». Estuve con mi equipo de TV el 10 de junio de 1982 en el Bundestag. Se celebraba en Bonn la primera cumbre de la OTAN a la que asistía España. Calvo Sotelo pronuncio un discurso muy favorable a la Organización Defensiva que oyeron con atención -entre otros- Ronald Reagan y Margaret Thatcher. La plana mayor del PSOE se había opuesto pese a que formaban parte de la OTAN gobiernos socialistas europeos miembros de la Internacional Socialista. Precisamente durante mi breve estancia en Madrid, como director de los Servicios Informativos de RNE, tuve que aguantar numerosas críticas cuando yo decía que España entraría. Del eslogan «de entrada no» participaban jóvenes y no tan jóvenes socialistas con el complejo antiamericano. Javier Solana había manifestado que la UCD de Calvo Sotelo estaba loca; nos iba a meter en una guerra; pero cambió de opinión Yo no hablaba utópicamente sino muy conocedor de la realidad. Durante una comida que nos ofreció el canciller Kohl a los corresponsales españoles acreditados en Bonn, le oí lo siguiente: «España nos quiere vender sus naranjas y se opone a entrar en la OTAN». Felipe González terminó como gran amigo de Helmut Kohl, favoreciendo el referéndum de 1986 con el eslogan: «Vota Sí en interés de España». Pasarían los años hasta que se celebró en Sevilla (1994) la primera cumbre de la OTAN y ahora en Madrid, la segunda.

*Periodista

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