Diario Córdoba

Diario Córdoba

José Javier Rodríguez Alcaide

Quino Fayos

Quino Fayos, aquel joven bajito y siempre alegre ha secado la última hoja de su vida como con un papel secante. Se ha llevado al cielo aquella su alegre sonrisa y todo el maravilloso cuaderno de su vida.

Lo recuerdo de paso ágil cuando era un joven emprendedor y siempre colaborador en nuevos proyectos como aquel del periódico La Voz de Córdoba en los primeros años de la década de los ochenta del siglo pasado.

Durante toda su vida fue un alma alegre que ahora acaba de ascender al cielo. Desgraciadamente, durante sus últimos años, su mano insegura no tenía capacidad de mover con facilidad los símbolos gráficos inseguros.

Todos a su edad esperamos, tal como él esperaba, que nuestras almas vayan al cielo porque el alma de un viejo es la forma de todas las formas.

Cuando somos jóvenes actualizamos lo posible como posible. Así hicimos cuando, junto a Julio Anguita, José Miguel Salinas y yo, Quino nos acompañó a Budapest a intervenir en un seminario en la Facultad de Económicas sobre papel mínimo del Estado en una democracia. Fue en los comienzos de la década de los ochenta.

Escribo estas líneas como tejedor de este nuestro tiempo pasado en convivencias especiales de nuestras vidas.

Entonces soñábamos que era posible lo posible. Recuerdo en estas líneas los agradables momentos vividos con Quino Fayos para que su cara no sea una lívida llama final. El acaba de entrar en opaca tranquilidad. Descanse en esa paz.

 * Catedrático emérito de la Universidad de Córdoba

Compartir el artículo

stats