Diario Córdoba

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PASO A PASO

Francisco Dancausa

Hágase la luz

Y después de dos años de oscuridad en El Arenal se hizo la luz. La semana pasada se inauguraba la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Tuvo que ser con la llegada a la alcaldía de José Cruz Conde, en el año 1924, cuando por primera vez se utilizó la electricidad en la Feria de Mayo, y apareciendo en ella las primeras casetas particulares. Cuenta la crónica de ese año: «... millares de lámparas con pantallas de papel de colores, pendientes de cordones, cruzaban todas las direcciones los pasos, como guirnaldas de flores luminosas, dándole un aspecto verdaderamente fantástico». Y así ha vuelto a ser este año, fantástico. Entre otras cosas porque los cordobeses hemos vuelto a retomar nuestra normalidad, que es tanto como decir nuestro mes de mayo y nuestra feria, por supuesto iluminada. Aunque esta luz que en el propio recinto ferial arde en jolgorio y alegría, en los albores del río Guadalquivir, y en el entorno de sus puentes se envuelve de la magia de un beso robado en la oscuridad, o se refleja en el río como el brillo de una promesa en la mirada. Y es que Córdoba como una eterna novia, solo parpadea con esa poesía que mayo desde las cruces hasta la feria escribe en sonetos de flores y luz, y no solo esta de las bombillas, sino la que los propios cordobeses y cordobesas desprenden e irradian en ese Arenal que vuelve a iluminarse con esa luz que solo las gentes de bien esparcen como semillas de alegría. Porque la feria, la luz, Córdoba y sus gentes son eso; alegría. Una alegría hecha luz que vuelve año tras año envuelta en una primavera que ya comienza a mesar sus cabellos frente al espejo de la canícula donde la luz se hará tenue y onírica hasta volver a resucitar en una nueva primavera.

** Mediador y coach

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