Diario Córdoba

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Sebastián Muriel Gomar

TRIBUNA ABIERTA

Sebastián Muriel Gomar

Modelo

Todos tratan de llevar razón, tener buena imagen, más poder y que la gente se crea sus mensajes

Todo el mundo, sean instituciones, países o personas, tratan de exportar, vender o imponer su modelo. EE UU, fundamentalmente a través de su cine, sus multinacionales, productos y estrategias de todo tipo, propaga – a veces por presiones y convincentes sugerencias -, su modelo de sociedad; Rusia, impotente ante esas herramientas, hace lo propio con sus violentas irrupciones en el marco internacional, amenaza con sus gigantescas bombas teledirigidas o sus maniobras políticas ante nacionalismos ultra, unidas a invasiones informáticas de sistemas y países. Mientras tanto Japón y China, simplificando un poco, intentan lo mismo con sus sistemas de producción y venta de sus productos. Todos pretenden preservar su interior e influir fuera. En el fondo, todos tratan de llevar razón, tener buena imagen, más poder, que la gente se crea sus mensajes y que hagamos lo que les interesa. Es una enorme lucha de intereses e influencias, minuto a minuto, sin descanso, por sus modelos.

Ahí radica la importancia actual de los big data: en ellos están encriptados los comportamientos más probables de la humanidad. Aquellos que los tengan y sepan descifrarlos serán los dueños de las ventas del mundo o de la geopolítica. Depuradas las conclusiones, el dominio social de las poblaciones será muy fuerte y desde luego más sutil que la violencia de los fusiles, porque es más difícil de combatir al no darnos cuenta de las intenciones del dominador. La buena información se transmuta en poder con facilidad.

España no es ajena a nada de esto. Sumidos en la globalización, desde Podemos a Vox, pasando por todo el espectro político – y desde luego por los nacionalismos regionalistas – todos luchan por una España que se aproxime a la que llevan en su cabeza. La política actual no escatima esfuerzos ni medios para que deslicemos nuestras opiniones y nuestros votos hacia los «paraísos y cielos» que tienen preparados para nosotros si les hacemos caso. Así se tergiversan mensajes, se asumen contradicciones, se utiliza lo que sea necesario con tal de que asumamos sus pretensiones y ellos se mantengan en el poder tomando las decisiones que «a todos nos convienen». El objetivo es aproximarnos a su modelo todo lo que se pueda y más. Nuestra defensa es «colocar los tímpanos en estado de catalepsia» y medir el ejemplo. «Por sus obras los conoceréis». En cualquier caso, la lucha por defender el modelo es legítima, siempre que sea democrática y justa, matizando que lo legal a veces no coincide con lo ético.

El viejo dicho de que cada maestrito tiene su librito viene a decir lo mismo: mi libro – es decir yo - soy el guía, el camino a seguir, mi método es el método, mi manera de hacer las cosas es la manera: en mí convergen todas las soluciones. La egolatría ambiciosa, soberbia y narcisa de países, instituciones y personas no permite que otros crezcan: se convierte así en una de las peores pandemias que asolan el planeta. Qué duda cabe que es un nefasto modelo.

Los neocomunistas, los capitalistas, los socialdemócratas, los neoliberales o las religiones …. todos «venden» sus ideales modelos como los modistos o los fabricantes de coches o de móviles. En el fondo están las ganas de permanecer, de imponer su sistema, de demostrar que su camino es el que lleva al mejor puerto… sea social, económico o espiritual.

Es evidente que los modelos forman parte del entramado social, científico, económico, industrial, etcétera, hasta niveles inverosímiles. Así podemos hablar del tipos de fiscalidad, modelos de familia, modelos energéticos, modelos atómicos, modas en el vestir, modelos autonómicos, modelo de estado, modelo de república, tipos de dietas, modelos sanitarios o de clubs deportivos, etcétera.

Los seres humanos somos así: buscamos nuestra seguridad al intentar que los que nos rodean coman lo mismo que nosotros, hagan lo mismo que nosotros y piensen lo mismo que nosotros y no nos damos cuenta de las ventajas que presentan otras alternativas que despreciamos por la mediocridad, la mirada en corto o por la soberbia que nos invade.

Son de admirar aquellas mentes amplias, limpias y sencillas que detectan la luz en los planteamientos de los otros y que los hacen suyos y se desprenden de trozos de su alma para crecer por dentro, haciendo de su ser y de sus obras un puzzle con fragmentos de verdades ajenas. Las ideas son patrimonio de la humanidad. Entenderse es una opción de los hombres. Modelos, un concepto para reflexionar.

* Profesor jubilado

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