Me gusta Alejandro Sanz, me gusta Raphael. Los respeto y admiro, a cada cual en su estilo y nivel mítico (es que lo de Raphael es incomparable), pero tengo que confesar que después de ver la gala del 28F retransmitida desde el Maestranza de Sevilla acabo de ponerme en YouTube a Rocío Jurado cantando el Himno de Andalucía. Y tengo los vellos de punta, como no podía ser de otra manera. La gran Rocío Jurado recibió la Medalla de Andalucía en 1987, y me parece que no se estilaba pedirle a los premiados que cantaran, no me acuerdo, pero hay una grabación de principios de los noventa en la que la cantante chipionera se atreve con la bellísima enseña andaluza y sale triunfante. A continuación escucho a Estrella Morente, a la que pidieron que lo cantara en un acto solemne del 28F que fue un sentido homenaje a su padre. Lo hizo muy flamenco, a su manera, demasiado flamenco quizá, pero también salió airosa del escenario. No creo que sea una composición para mujeres, pues basta escuchar el que cantó Carlos Cano a capella en un mitin en 1977 y te enteras de lo que vale un peine. Pero, por su dificultad, me parece que eso de ser cantante y que te pidan, al entregarte la Medalla o el título de Hijo Predilecto de Andalucía, que cantes el himno, viene a ser una trampa en según que casos, pues ni Raphael el año pasado ni Sanz este año han salido triunfantes de la prueba. Al menos eso me ha parecido, aunque habrá opiniones diversas. Desde aquí, mi propuesta es que le den una Medalla el año que viene a la cordobesa María José Llergo y le pidan que lo cante, pues seguro que lo borda.